Fic ´´EL FIN DEL MUNDO´´. Capítulo N°45, Relato Romántico Basado en la persona de Robert Pattinson.

Escritora y Guionista: Ximena Morales.

Director de Fotografía: MIX de STOCK.

Capítulo Relatado por ´´ELLA´´

... La noche  cae lentamente sobre Las Torres del Paine. En las caballerizas la hermosa yegua Criolla-Americana, esta a punto de parir.  Le digo  a uno de los empleados que le avise a Barbara y me traigan a Tom. Será bonito que mi hijo vea como nace su potrillo.

 La yegua está inquieta, pero quien está mas intranquilo es el Pura sangre Inglés blanco que se pasea nervioso en el corral de al lado.  Cuando relincha mira a la yegua que se encuentra acostada en el piso y gime de dolor, estoy a su lado y acaricio suavemente su cabeza para calmarla, ella es muy dócil y está acostumbrada a mi compañía.

 Cuando Tom llega, viene sentado sobre los hombros de Rob...  ambos se ven hermosos.  Con la altura de su padre, Thomás se ve como un pequeño gigante, adorable y encantador. Desde la posición en que me encuentro, también veo que Rob parece un gigante... perfecto y maravilloso...pienso.

Rob toma al niño y lo baja mucha delicadeza.  Le pido a Tom que no haga ruido y que se siente con cuidado a mi lado, Rob pone su dedo indice sobre la boca de mi pequeña adoración. Entonces  Tom le hace caso y se queda en completo silencio. Rob también se inclina y se queda observando todo lo que está sucediendo, muy apegado a mi. Toma la manito de Tom y la lleva a la cabeza de Luna, que suda y tiembla de dolor, hace que nuestro hijo acaricie el suave pelaje del animal con extremo cuidado.  Tomás abre su boca con asombro, pero no emite ni el mas mínimo sonido, Rob se sonríe moviendo su cabeza divertido, al ver la reacción de nuestro hijo

... Luna siente una nueva contracción y relincha de dolor, Rob se acerca a su oído y le habla suave con cariño, le dice que se quede tranquila y la acaricia muchas veces en la cabeza, esta parece relajarse al escuchar la voz melodiosa de Rob.

El veterinario la examina,  dice que su presión está bajando y  que por este motivo su parto se está demorando, necesita mas calor. Su ayudante se dirige a la calefacción y hace subir la temperatura.  Mientras esto sucede me quito el abrigo de lana que llevo encima y la envuelvo, no es mucho lo que puede hacer, pero en algo la ayudará mientras tanto. Tom sigue en silencio, mientras la mano de Rob sigue encima del animal. La acaricia en forma tierna sin parar. El Pura Sangre Inglés, continúa nervioso, de vez en cuando se encabrita y patea el corral, es como si quisiera estar al lado de la yegua y el mismo acariciarla...

- ¿No es peligroso que el Inglés este tan enojado? - pregunta Rob al veterinario, preocupado.

- Es normal, va a ser padre y está preocupado por la madre y por el hijo.  Cuando el potrillo nazca y lo vea caminar quedará tranquilo. Los caballos son bastante especiales.  Ellos aman y sienten muy parecido a los seres humanos.  Él sabe que es su hijo el que está naciendo y está nervioso.  Además el caballo a  ella la ama, y sufre al ver que está sintiendo  dolor al parir.  Por instinto el siente cada dolor que ella experimenta, y sabe del esfuerzo y del peligro que la yegua esta sufriendo para traer al mundo a su hijo. -Explica pacientemente el veterinario.

- Siento temor que el caballo salte y pueda poner en peligro a mi hijo - Vuelve a comentar Rob con demasiada preocupación... Además...  es tan hermoso cuando dice...  mi hijo.

- No se preocupe Rob.  Es normal. De cierta forma la yegua se siente segura, porque sabe que el Inglés quiere protegerla . - habla nuevamente el hombre.

- ¡Que bonito Tom!...  ¿Escuchaste todo lo que el médico dijo? - Le dice Rob a Thomás mientras lo mira y lo besa en la frente, en forma tan fuerte y sonora que ahora es Tom quien coloca su pequeño dedo indice sobre la boca de Rob, después que este lo ha besado. Rob se ríe en silencio y mueve nuevamente su cabeza a ambos lados.

... La yegua relincha de dolor una vez mas, pero ahora se siente un pujido.  El veterinario dice que el potrillo ya viene.  Nos quedamos en completo silencio, pero seguimos acariciando el pelaje de Luna. Mi mano se ha encontrado con la mano de Tomás, que está abajo de la de Rob. De pronto  los tres juntamos nuestras manos al unísono.  Rob coloca esa mano grande de dedos largos que tiene, sobre las nuestras, y los tres acariciamos a Luna al mismo tiempo...  El momento es mágico.

Luna respira agitada, sabe que su hijo está naciendo.  El veterinario tira las patas delanteras del pequeño potrillo, para ayudarle a salir. Ahora se ve su cabeza, ya no acariciamos a la yegua.

 El médico pide que nos alejemos, ya que cuando el pequeño nazca por completo, esta se parará y no quiere que pueda ocurrir un accidente y alguno de nosotros salga herido.  Así que retrocedemos despacio, pero Rob no nos suelta de su mano. El Inglés mira con atención como su hijo está naciendo.  Ahora relincha suave, la yegua lo mira, da la impresión de que lo está tranquilizando.  De pronto recuerdo  cuando nació Thomás, y me pongo a llorar.  Me acuerdo que estaba tan sola esa madrugada y pienso que todo ahora  sería muy distinto  si Rob hubiese estado a mi lado...

... El pequeño potrillo ya se encuentra por completo fuera del cuerpo de su madre y esta se para, ahora relincha y mira a su pequeño, que aún esta en el suelo, ella lo alienta para que se ponga de pie,  con su hocico lo ayuda a incorporarse, el Pura Sangre Inglés, también relincha alentando a su hijo.

No paro de llorar, Rob me mira y pasa el único brazo que le queda libre por encima de mis hombros y acaricia mi brazo consolándome.  Si él supiera en lo que estoy pensando. Por fin el pequeño caballo se para. Al comienzo camina débil y desorientado, tropieza con sus largas patas.  La yegua lo mira, en sus ojos hay ternura y amor, lame su cabeza y lo guía para que empiece a caminar mas seguro, esta lo lleva hasta donde se encuentra el hermoso caballo blanco Inglés, y se lo muestra... Yo más me emociono. La escena es extraordinariamente tierna. El veterinario nos explica que es un potrillo macho y que está perfecto.  La mezcla que ha resultado de ella, una yegua Criolla-Américana, y de el, un Pura Sangre Inglés, es demasiado buena.  Dice que el caballito  será muy fuerte y rápido. Agrega que ha nacido un excelente ejemplar.

El médico  pide a uno de sus ayudantes que traiga al Inglés al corral, Rob me ha acercado aún mas a  su cuerpo. Tom sigue a mi lado en completo silencio.

 Escuchando todo con mucha atención, sus hermosos ojitos brillan de alegría. El caballo Inglés ahora esta calmado, pasa su cabeza por el cuello de Luna y relincha suave, es como si le hablara con amor...  despacio en su oído, luego mira a su hijo, y se para en sus dos patas traseras.  Relincha lleno de orgullo, el pequeño hace lo mismo. Siento una tremenda emoción y me lleno de recuerdos.  Vuelvo a pensar, como  hubiese sido todo, si Rob hubiera estado a mi lado cuando nació nuestro hijo.

El veterinario sigue hablando y nos explica que para los caballos la familia es muy importante, las hembras son demasiado maternales y los machos muy protectores.  Además cuando se emparejan, pueden amarse hasta cuando están muy viejos,  ya que además son muy longevos. Rob escucha con mucha atención al hombre, mientras mira y  besa a Tom en su frente.

 Me limpio las lagrimas con las mangas de mi blusa. Luna se acerca a nosotros, ella es demasiado mansa, ya que desde un comienzo se acostumbró a nuestra presencia. Junto con ella viene su pequeño,bajo la mirada atenta de su padre, el hermoso caballo blanco Inglés  que  vigila al pequeño con celo. Rob se acerca a ellos y acaricia a Luna, le habla despacio, con mucho cariño...  le dice que es linda y valiente, y que tuvo un hermoso hijo.  Ella lo mira y le relincha suave... es como si le entendiera todo.

- Los caballos son animales nobles, cariñosos y buenos compañeros, de gran ayuda para los seres humanos. Al igual que todos los animales que hay en este lugar - Le explica Rob a Tom, mientras  acaricia a una de las vacas que también se encuentra en uno de los corrales, junto a las caballerizas. El animal pareciera estar encantado ante la presencia de Rob y sus caricias.

- Tengo que hablar contigo - Me dice despacio en el oído, en el momento en que le entrego al niño. Vuelve nuevamente al lado de Luna y su pequeño hijo.  Acerca a Thomás a la cabeza de la yegua y con su mano le indica al niño para que acaricie al tierno y dócil animal.  Tom se ríe y coloca su boquita en forma de O, mientras abre sus ojos muy grandes, Rob sonríe nuevamente y mueve su cabeza a ambos lados al ver la reacción divertida de nuestro hijo.

- ¿Tú sabes andar a caballo, Rob ? - le pregunta Thomás, a su padre.

- Sí sé...  Cuando estés mas grande yo te voy a enseñar, mi pequeño - Siento su voz suave.  Cuando lo escucho decir ´´mi pequeño´´, se me sale el corazón del pecho.  Observo a Rob y me doy cuenta que es tan tierno, amoroso y preocupado,  el trato que le da a Tom es perfecto.

- ¿ Porqué no me enseñas ahora?.  Tú montas al Inglés,  yo a mi potrillo.  Y le dejamos a Luna,  para mamá. Que  también nos puede acompañar.  Así los tres juntos podríamos dar un paseo....  ¡YA ROB!... quiero que me enseñes a  montar... Para pasear contigo y con mamá - Habla mi pequeño, con esa voz preciosa,  en su tono infantil, divertido.

- Ahora no es el momento...  hijo.  Luna tiene que descansar, además le debe dar de comer a su bebé. ¿A propósito de comida?.  Tú también necesitas comer... jovencito.

 Ya es tarde y no has cenado, así que nos vamos adonde Barbara y tía Lizzy, para que te den algo de comida - le habla Rob a nuestro hijo, mientras le acaricia  la nariz juguetón.

- No quiere irme Rob, me quiero quedar con mi potrillo - le contesta Tom y cruza los brazos enojado.

- NO, NO, No, - le habla Rob muy rápido - Nos vamos a cenar, si no comes...  no serás fuerte y no podrás montar.  Así que ahora me obedeces...  nos vamos al hotel  a comer algo - Es muy divertido cuando Rob le habla a mi pequeño en tono reprensivo.

- ... N O   Q U I E R O... Me voy a quedar con Luna y mi caballito  - Contesta Tomás . Con esa voz y gestos de niño malcriado.  Cuando se pone así es un pequeño diablillo. Y tengo muy claro que yo soy la culpable de su reacción, ya que lo consiento en todo.

- ¿Así que te quedarás aquí... y me vas a desobedecer?...  Entonces te voy a castigar.  Mañana no dejaré que vengas a visitar a  los caballos. ¡Me escuchaste!...  ´´pequeño bandido desobediente´´ - Le responde Rob, mientras  le hace cosquillas a Tom, este se ríe y camina muy rápido hacia mi.

- ¡MAMÁ... MAMÁ...! Rob dice,  que si no como,  me castigará y mañana no podré venir a ver los caballos. ¿Cierto que tú... si me dejaras ? -

Dice mi hijo con una sonrisa pícara en sus labios. Thomás es un manipulador en potencia. Solo sonrío ya que cada vez lo encuentro mas deliciosamente hermoso. 

- ... Mira... Tom. De de ahora en adelante le harás caso en todo lo que Rob te diga.  No quiero que lo desobedezcas cuando él te diga algo.  Todo lo que Rob dice es por tu bien, para que cuando crezcas, seas un hombre tan lindo como él - Estoy en cuclillas, hablando a la cara de Tom, quiero que me escuche y entienda a la perfección, lo que le estoy hablando. Desde la altura Rob me mira sorprendido.

- Además...  escucha muy bien lo que te voy a decir... Thomás.  Ya no le dirás mas Rob........a Rob.  Desde ahora y todos los días ... le llamarás ... PAPÁ... ¿Entendido ?... - Tomo en brazos a mi hijo, y se lo entrego a Rob. Ahora ve a comer con tú... papá... - Le digo emocionada y lo beso en la frente.  Rob no habla. Está completamente inmóvil con el niño en sus brazos.  Creo que está demasiado sorprendido.

... Me doy media vuelta y abandono las caballerizas.  Me voy caminando muy rápido en dirección al lago, solo la luz de la luna alumbra el camino.  Aunque me lo se de memoria, debo caminar con cuidado.  En la semi oscuridad se distinguen perfectos los témpanos de hielo flotando en la superficie del lago. Ciento un gran alivio, hoy he comprendido demasiadas cosas, una de ellas es que Tomás necesita a su padre, Rob a demostrado ser demasiado paternal con mi hijo.  Si el potrillo de Luna, crecerá seguro al lado del Inglés, porque mi hijo no va a poder crecer y disfrutar de la compañía y seguridad que le pueda brindar el suyo, hoy me he dado cuenta que Rob es un padre maravilloso, eso no lo puedo negar, Tom se lo merece......se merece al mejor padre que la vida le puede dar, además también Rob se merece poder disfrutar del crecimiento de su hijo, yo lo amo, lo amo demasiado, y si tengo que cambiar mi vida por su amor, lo haré, aunque esto signifique compartir el tesoro mas hermoso que tengo, pero mi Tom no me pertenece por completo, también le pertenece a Rob, y esta noche en un acto, del mas grande y sincero amor que siento por el, le entrego a Tomás, nuestro hijo.

Hace mucho frío, corre un viento suave pero muy gélido, el cielo está completamente estrellado, el espectáculo de la bóveda celeste es hermoso, me abrazo a mi misma , para infundir un poco de calor a mi cuerpo, que se está entumeciendo , pero no quiero regresar, siempre estar a orillas del lago me ha  infundido tranquilidad, quiero quedarme aquí y disfrutar de este momento, aunque me este muriendo de frío, ¿ Que sentirá Rob, ahora que le he dicho la verdad a Thomás, en estos momentos...?

... Unas pisadas suaves se sienten atrás mío, se detienen al llegar.  Es Rob que se encuentra a mi lado, no habla nada, mira al cielo.  Lleva un gorro y mete las manos en los bolsillos de su gruesa chaqueta. La presencia de el me desarma, mas sumado a la baja temperatura comienzo a tiritar, me abrazo aún mas fuerte a mi misma, pero no puedo evitar el ruido que produce el castañeo de mis dientes. Rob se da vuelta hacia mi y me mira.

- Creo que deberías entrar...  te puedes enfermar si continuas aquí. No me gusta  que Tom pase mucho tiempo sin su mamá - dice despacio mirándome a los ojos.

- Pero ahora te tiene a ti - le respondo tiritando de frío.

- ... Pero tu eres mas importante...  el niño no sería feliz si tu no estás a su lado.  La madre siempre se extraña...  más que a cualquier otra persona.  Aunque a mi papá lo quiero demasiado, a mi madre la adoro - ¿Cómo lo hace?... cada vez que me habla, me desarma... siento...

- ¡ES MARAVILLOSO! -  grita la voz  dentro de mi cabeza. Nuevamente toma fuerzas, y se atreve a salir a la superficie...

- ... Sí... el es maravilloso y perfecto... -  le respondo a  la voz que se queda sorprendida. Esta vez  no la hago callar...  tampoco peleo con ella.

- Nunca conocí a mi madre... pero siempre he tratado de darle a mis hijos, todo lo que pienso,  mi mamá me hubiese dado.  Mucho amor y quizás demasiada protección.  Creo que esto ha sido en exceso, sobre todo a Thomás.

 Mi hija siempre tuvo la presencia de un padre a su lado. Pero con Tom todo ha sido diferente...  Eramos solo él y yo. Entonces me volqué por completo a su cuidado...  Yo a Tom lo amo...  lo amo demasiado.  Si a él le pasa algo...  me muero...  por eso te pido que lo cuides, que lo protejas. Mi niño es  hermoso, lo más hermoso que he tenido jamás... - No puedo seguir hablando, como siempre dos gruesas lágrimas se escapan de mis ojos y corren por mis mejillas sin parar. Rob se acerca a mi y me abraza despacio... con miedo.  Es como si pensara que voy a salir corriendo, pero me quedo muy quieta en sus brazos.  Ya no quiero volver a huir nunca mas, además siento su calor y en el estado de enfriamiento en que me encuentro, sentir su cuerpo cálido es lo mejor que me podría pasar en estos momentos.

- ´´TE AMO... MI AMOR... ´´ -  susurra la voz enamorada dentro de mi cabeza.

- Es cierto...  lo amamos demasiado - le respondo, mientras respiro profundamente sobre su cuello... el olor de su piel me está enloqueciendo...

 Rob se desabrocha su gruesa chaqueta. Me vuelve a abrazar y me arropa con ella. Así que quedo totalmente apegada a su pecho.  Trata de proteger mi espalda del frío,  juntando  su grueso abrigo, mientras me rodea con sus brazos. Su calor es tan delicioso, su perfume, como él huele, esto también es delicioso.  De a poco empiezo a sentir como el frío comienza a desaparecer, Rob comparte exquisito su calor conmigo. Ya no siento frío...  Pero ahora es otro tipo de sensación la que  comienza a apoderarse de mi...

- ¿Te sientes mejor ? - Me pregunta, con esa voz tan deliciosa que lo caracteriza. Solo le respondo que si con mi cabeza,  que sigue apegada a la masculina forma de su garganta.  Lleva su camisa desabrochada, así que puedo palpar con mis manos su suave vello, inhalo fuerte sobre su cuello y  vuelvo a sentir su olor. Dios...  ya me estoy muriendo.

Nos quedamos muy quietos, abrazados en silencio, solo puedo escuchar el susurro del viento. Ahora Rob acaricia e inhala mi pelo, con su mano me coge del mentón y suavemente levanta mi rostro para que lo mire.  A la luz de la Luna, puedo contemplar su rostro perfecto.

- Perdón - me dice en un susurro.

- ¿Perdón?...  ¿De qué? - le pregunto... sorprendida... inhalando el aliento de su boca... 

C O N T I N U A R Á...


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