ROBhistorias de Amor: ´´UNA BELLA HISTORIA´´ Capítulo N°34.

Por Mixxx.

... Abro los ojos y la habitación entera da vueltas a mi alrededor...

Richard sube mis brazos y por sobre ellos saca rápidamente el camisón... entonces con ambas manos se apodera de mis  senos. Se muerde los labios mientras los acaricia. El espiral de pasión que de a poco nos  ha ido envolviendo, ahora se vuelve violento...

Richard en un ágil movimiento se da vueltas y me deposita sobre la cama, quedando su cuerpo sobre el mío. Respiro muy rápido mientras él va depositando salvajes besos sobre mi abdomen, bajando hasta mi piernas y subiendo nuevamente hasta mis senos.  Se ha sacado la camisa. Tiemblo cada vez que mis pezones rozan el bello de su duro pecho.

Mientras hace esto... acaricio su suave cabello...

... Ahora sube hasta mi cuello... y muerde el lóbulo de mi oreja. Por instinto arqueo mi cuerpo, frotando  mi vulva en su dura entrepierna. Cuando hago esto, se deja caer una vez más, con su boca sobre mis pechos, mordiendo y acariciando los pezones con la lengua...

- ... Te amo... Carolina... - Me dice antes de acallar los gemidos que salen de mi boca con sus labios. El beso que nos damos es tan intenso, que ambos nos vemos obligados a separarnos para poder respirar...

 Como una loca desesperada, intento atraerlo hacia mi. De pronto se pone de pie. Por un momento me mira desde la altura... Ante lo ardiente de su mirada, contoneo las caderas sobre la cama... mientras abro las piernas. Richard con mucha premura, se saca su ropa interior, lanzándola sin destino a cualquier parte de la habitación.

Desde mi posición  lo observo... Richard está completamente desnudo y bello. Al contemplar su miembro erecto, siento que mi cuerpo hierve  y lo único que quiero es  sentirlo dentro de mi...

Solo un atisbo de luz racional, me indica que he llegado a un punto en que me juego el todo o nada...

Pero si he de apostar todo lo que tengo en este juego...entonces me arriesgo... Me quito la diminuta braga, que hace juego con el camisón, y al igual que Richard, la lanzo lejos.


 Completamente desnuda sobre su cama le ofrezco sin un dejo de pudor toda mi intimidad.

Richard se deja caer sobre mi cuerpo como un ser irracional.  Entre el deseo que siento por él y  las ganas de ser suya, también aflora el miedo a lo desconocido... Ya que esta... será mi primera vez...

Me aferro a su cuerpo con  desesperación mientras su mano experta, explora mi entrepierna. Cuando encuentra lo que está buscando tiemblo entre sus brazos. Desde mi boca se escapan un sin fin de gemidos casi animales. Con cada nueva caricia de Richard siento que el interior de mi vientre se estuviera quemando.

 Se acomoda entre mis piernas para emprender el último asalto. Un gemido tan animal como el mío, sale de su garganta... Mientras con fuerza va entrando en mi cuerpo.

... Siento como la carne se desgarra...  Un doloroso grito se escapa de mi boca. Entierro mis uñas sobre su espalda, mientras muerdo con mucha fuerza uno de sus hombros.

Richard por unos momentos se queda quieto. Levanta la cabeza y me mira directo a la cara.

- ¿Carolina? - Es lo único que sale de su boca, en un ronco susurro. Mientras una expresión de interrogación se refleja en sus ojos azules semi cerrados por la excitación.

Ya no es hora de confesiones... lo que tenga que ser... será...

- ... Mi amor...  - Le contesto muy cerca de sus labios. Entonces nuevamente arqueo mi cuerpo, haciendo que Richard me vuelva a embestir con la misma fuerza de la primera vez. El dolor se vuelve placentero, mientras siento el choque de carne contra carne.

Mi cuerpo sudoroso se descontrola cada vez más,  con los movimiento y caricias sensuales  que me proporciona Richard.

Unos placenteros espasmos se comienzan a crecer dentro de mi vientre como un espiral que va subiendo, anunciando que el climax está a punto de llegar.

Me siento como una gavilla de pasto que se mueve con el viento y de pronto es alcanzada por el fuego...

- ... Te amo... te amo... - Le dijo jadeante, una y otra vez. Mientras la  gavilla se incinera y se desintegra  en millones de pequeñas candentes chispas que por fuerza del viento, suben hasta el cielo,  para luego caer en forma de cenizas hasta la tierra.

Richard me toma con fuerza del cuello y me besa con demasiada pasión, acallando mis gemidos.

Ya no soy consiente de mi cuerpo, pero si siento como el de Richard comienza a temblar sobre el mío.  Tiene la boca abierta y los parpados caídos. Unos gruñidos demasiado masculinos  salen del interior de su garganta... Mientras siento como mi vientre apaga el fuego de su lava ardiente...

Un  jadeante Richard se deja caer...  descansando su cabeza sobre mi pecho.

 Una extraña satisfacción se apodera de mi,  mientras paso con suavidad mis dedos por su frente húmeda y vuelvo a acariciar su rubio cabello.

De a poco la frecuencia de los latidos locos de mi corazón se van regularizando. La respiración de Richard también se ha normalizado. Con las yemas de mis dedos hago pequeños círculos sobre su espalda. Después de un largo rato, me doy cuenta que se ha quedado dormido.

Trato de moverme y separarme con mucho cuidado del lado de Richard. Siento mi cuerpo un poco adolorido.

... Me sonrío al recordar el motivo de mis dolores...  Además tengo mucha sed y decido bajar hasta la cocina, en busca de un vaso de jugo de frutas. Al mirar por la ventana me percato que la noche comienza a abandonarnos.

Encuentro mi camisón y me visto. Busco una manta y cubro el desnudo cuerpo de Richard. Me sonrío al ver  la expresión  relajada de su cara.  Con mucha suavidad, deposito un beso sobre su boca.

Sin emitir ningún ruido salgo de la habitación de Richard. Camino con un poco de dificultad , mientras bajo la escalera. También  siento como millones de mariposas aletean dentro de mi estómago. 
Estar con Richard esta noche, ha sido lo más maravilloso que me ha pasado en la vida...

Me tomo mi tiempo en la cocina buscando algo para comer.  Un pedazo de pastel se escurre de mis dedos al recordar las caricias de Richard. Nuevamente las deliciosas cosquillas que sentí dentro de mi vientre cuando estuve con él,  vuelven a emerger, haciendo que se me aflojen las rodillas.

Al comer siento la boca  hinchada. Cierro los ojos y sonrío, al recordar cuando Richard me mordía los labios.

Richard, Richard, Richard... parece gritar mi corazón en cada latido.

Guardo el pastel, limpio la mesa y lavo los utensilios que he usado para comer. No quiero que cuando se levante la señora Jones, encuentre todo desordenado por mi culpa.

De regreso al cuarto de Richard no alcanzo a llegar a las escalera cuando lo veo bajar a toda prisa. Viene vestido con la misma ropa que ha asistido al evento de la fundación. Trae su camisa revuelta y su pelo desordenado.

La tranquilidad de su rostro ha sido cambiado por un dejo de preocupación y si no me equivoco ha vuelto esa amargura de los días pasados.. Pequeñas arrugas se han apoderado de su frente, dándole  un aspecto de dureza a su hermoso rostro.

Mi corazón que latía feliz repitiendo su nombre. Ahora da un vuelco feroz. De pronto se queda paralizado... al ver los ojos penetrantes pero vacíos con los que Richard me mira cuando chocamos a los pies de la escalera.

- ... ¿Qué sucede Richard... ? - Le pregunto preocupada y con temor. Por un fracción de segundos, se detiene en frente de mi. La expresión de su rostro me dice  que tiene algo que decir, pero no le salen las palabras. Entonces aprieta con fuerza sus labios. Sus nudillos se tornan aún más blancos, por la fuerza que ejerce al cerrar sus manos.

Se acerca hasta mi cara, e intenta encontrar algo dentro de mi mirada... la suya es tan fría y dura que me tiemblan las rodillas al entender  de que se trata...

Sin emitir una sola palabra y con la rapidez de un rayo sale de la casa. Cuando alcanzo a llegar a la puerta, Richard pasa a toda velocidad en su auto, lo observo hasta verlo desaparecer en la carretera.

Una angustia horrible me invade, mientras las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas.

¿Que he hecho?, me pregunto una y otra vez. De repente me doy cuenta de todo lo que ha sucedido...

Lo más seguro, es que Richard se siente muy enfadado conmigo... quizá cuando él regrese... me tenga que ir de esta casa.

Desolada y con todo el peso de una gran culpa subo las escaleras. En forma casi mecánica, busco mi maleta y comienzo a arreglar mi ropa dentro de ella. Guardo todas las prendas con las que llegue a esta casa desde Miami. Todas la ropa que me regaló Sir Arthur, las dejo cuidadosamente ordenadas sobre la cama.

Decido tomar un baño y vestirme. Quiero estar presentable, para cuando regrese Richard... y me diga por su propia boca que tengo que marcharme. Por lo menos quiero decirle que lo siento. Y que nunca fue mi intensión engañarlo.

En eso estoy, muy concentrada en mis pensamientos, cuando siento que alguien tira con mucha fuerza de la puerta y entra a toda prisa dentro de mi cuarto. Por un momento pienso que es  Richard, que ya ha regresado y me viene a buscar para pedir explicaciones.

Pero mi sorpresa es grande, cuando delante mío, veo a Samantha Foxley, que me mira con desprecio.

- Todavía estás acá... descarada... - Me dice con una voz iracunda. Yo la miro, sin entender nada.

- ¿Qué haces acá Samantha... acaso Richard fue hablar contigo... ? -  Le pregunto consternada. Creo que Samantha es la última persona a la que Richard hubiera recurrido, para contarle, lo que esta noche ha descubierto.

- ¿ Todavía no lo sabes ? - Me contesta la mujer con una sonrisa malévola en la expresión de su fría cara.

- ¿Saber qué? - Le vuelvo a preguntar. Entonces Samantha me lanza a la cara el periódico que ha salido esta mañana.

Cuando lo tomo, miro la portada. Abro la boca de asombro al leer el titular:

´´EL DESAPARECIDO MILLONARIO HENRY WELLESLLEY, REGRESA A LONDRES JUNTO A SU ESPOSA´´

Luego una foto de Henry...  colgada de su brazo, una hermosa mujer con un pelo negro azabache y unos grandes  ojos verdes donde se refleja la alegría y la satisfacción. Se trata de mi hermana Carolina... que orgullosa al lado de Henry mira la cámara que los fotografía... Por lo visto, son la noticia del día. Luego el periódico indica la página en donde se puede leer esta fascinante historia de supervivencia.

Todo me da vueltas y entre penumbras trato de leer la historia. De pronto la voz áspera de Samantha me interrumpe...

-  ¿Te das cuenta en el lío en que te encuentras metida... Carolina... o como te llames? - me pregunta con la misma sonrisa malévola de hace un rato. La miro y no soy capáz de hilvanar una palabra, para poder darle una respuesta. Pero a ella no parece importarle lo que yo le diga. Ella está más preocupada, de lo que tiene que decir.

- ... Siempre supe que debajo de esa cara de mosca muerta, ocultabas algo. Mi intuición jamás me falla... Ahora quiero que me expliques como saldrás de este lío. Porque cuando Richard se entere que le has mentido... en medio segundo se le ha de acabar esa pasión insana que siente por ti. ¿Acaso creíste que tú mentira descarada... nunca saldría a la luz?

Mira mosca muerta. En estos momentos te tengo atrapada. Si los Welleslley no hacen justicia, con respecto a lo que has hecho... Yo la haré por ellos. El delito de usurpación de identidad en este país se paga con cárcel. Con tan solo tronar los dedos, te encierro tras las rejas... junto con las ganas de quedarte con esta casa y también con Richard... Te informo que uno de mis tíos es el MINISTRO de DEFENSA POLICIAL de Reino Unido. Antes de venir a buscarte, le informé de tu situación. Con tan solo una llamada telefonica, ellos vendrán a buscarte. Has usurpado la identidad de la esposa de Henry... ¿Cuáles fueron tus motivos? Creo que como están las cosas, no le interesan a nadie... Para mi lo único importante, es que al  fin te tengo en mis manos... Sabía que algún día me podría vengar de ti... - Cuando Samantha termina de hablar, de su boca sale una sonrisa cruel y burlona.

Me quedo en silencio. Todavía estoy tratando de asimilar la noticia. Dentro fe mi pecho se encierra una gran angustia. Solo pienso  en Richard y en lo que ahora debe estar pensando de mi. 

Seguramente, ya se ha reunido con Henry y la verdadera Carolina...

Ha estas alturas... ya debe haber confirmado que todo este tiempo junto a él... solo le he mentido.

Samantha me sigue mirando con expresión triunfal en su rostro.

- ¿No vas a decir nada impostora?- Me pregunta curiosa.

- No tengo nada que decir. Asumo toda la culpa. Solo estoy esperando a que llegue Richard para contarle la verdad. Antes de que termine de hablar, Samantha suelta una risa estrepitosa.

- ¿Eres tan ingenua al pensar que Richard te querrá escuchar? Eres una delincuente, ahora perteneces a la clase de gente que Richard Welleslley no va a tolerar jamás. Mira ´´niña tonta´´´. A mi me desprecia porque lo engañe... Pero a ti, no te vuelve a dirigir la palabra nunca más en la vida. Has cometido un terrible delito, y eso Richard no lo va a perdonar. - Se me caen las lágrimas mientras escucho s Samantha decir esto.

Cuantas veces Sofí Lacroix, me advirtió lo que podía suceder, si no le contaba la verdad a Richard. También me advirtió, que jamás Samantha se podía enterar de mi secreto... a  estas alturas ya es demasiado tarde... Ahora debo ser capaz de afrontar mi falta, con toda la entereza que pueda.

Samantha camina de un lado a otro de la habitación, como si fuera un gato, que tiene atrapado  a un ratón dentro de la madriguera.

- Quiero proponerte algo... - Me dice con una tranquilidad maquiavélica.

- ¿Proponerme algo? - Le pregunto curiosa.

- Tengo dos opciones para ti.

La primera es mandarte a la cárcel y que te encierren en ella por muchos años.  Pero no me gusta esa alternativa. Porque seguirías en Inglaterra, cerca de la familia Welleslley... y conociendo a Sir Arthur, podría apelar a que fue un mal entendido y que eres inocente.  Aunque se,  que Richard no movería un dedo por ti...  Pero con  el corazón de un hombre... nunca se sabe...

La segunda es que te marches lejos. Lo más lejos posible. Donde nadie pueda encontrarte y nunca más se vuelva a saber de tu persona. Se que estando lejos de Richard. Él podrá olvidar esa pasión insana que siente por ti... Entonces seré yo, quien ha de aprovechar esta nueva oportunidad que me está dando la vida, para consolarlo y así acercarme a él.

¿Qué opinas Carolina?... Incluso puedo entregarte una fuerte suma de dinero, para que donde estés... no te falte nada. - Cuando termina de hablar, dándose aires de mujer triunfadora, la miro directo a la cara. A pesar de lo despreciable de su propuesta... Ella tiene razón... Richard jamás va a perdonarme...  Y...  entre estar lejos de él o en la cárcel... elijo la segunda opción.

Sin decir nada, tomo mi  maleta y me voy. Ni siquiera me encuentro en condiciones de pasar por el cuarto del niño para despedirme de él.

Siento un dolor físico muy grande... pero creo que el emocional es aún peor. Es temprano todavía. Así que es posible, que no me encuentre con nadie que ande dando vueltas por la casa.

No acepto el dinero de Samantha Foxley... eso jamás... Pero si acepto que me deje en el centro de Bath, y desde ahí tomar algo hasta Londres. Con un nudo en la garganta, me subo a su auto para viajar a un lugar desconocido...

Adiós... Richard... Te amo...  Es mi ultimo pensamiento, mientras  miro hacia atrás y veo cada vez más lejana... la  imponente Mansión Welleslley...

C O N T I N U A R Á...