Robstorias de Amor: ´´UNA BELLA HISTORIA´´, Capítulo N°17.

Por: Mix.

... Los nervios me ganan. Le digo a sir Arthur que agradezco de corazón su regalo, pero no puedo aceptar... Me excuso diciendo de quien cuidará al niño.

- No te preocupes por nada Carolina. Está todo organizado, Sara se hará cargo del pequeño. Además no te vas por una semana. Francia está a unas horas. A más tardar estarán de vuelta pasado mañana
No puedes decir que no, querida. Este es un regalo que he preparado con mucho cariño... - Son las palabras del amoroso anciano para mí.

Lo sigo mirando con la boca abierta, sin decir una palabra. Yo sé que George estará bien cuidado. Lo que en verdad me sucede.  Es la sorpresa que tendré que viajar, solo acompañada de Richard. Este es el verdadero motivo que más me turba.

Llevo mucho tiempo reprimiendo este amor que siento. Y soy consiente que en el últimamente, se está notando demasiado. Estar a solas con Richard, puede ser una bomba a punto de estallar.

Por otro lado no puedo desairar a Sir Arthur. Yo sé que lo hace porque me a tomado cariño. Y es su forma de agradecer todas las atenciones que tengo día a día para con él.

... Pero también siento que no lo merezco. Yo no soy Carolina. es ella quien debería estar acá, y recibir todas las atenciones de los Welleslley... Yo tan solo soy una impostora que ha ocupado su lugar.

- ¿Qué dices? - Me pregunta el anciano un poco preocupado, mientras toma mi mano.

- ... Que puedo decir... solo... que estoy muy agradecida... - Son las palabras que tengo para él.

- Entonces es un sí... No se diga más. Parten ahora mismo. - Vuelve a comentar el anciano, entusiasmado.

- ¿Ahora mismo? Pero tengo que hacer mi equipaje... - Le pregunto sorprendida.

- No tienes de que preocuparte, cariño. Ya te dije que he planeado todo esto, hace unos días. Sara ya ha organizado tú ropa y tus artículos de aseo en un cómodo bolso. También está listo el equipaje de Richard. No hay nada más que decir...


 De verdad que estoy muy confundida. ¿Esto significa que Richard y yo nos vamos a Francia en este mismo momento?

Sigo parada como una estatua en el mismo lugar. Todo me da vueltas. Mientras Sir Arthur, le entrega un sobre, y unas llaves a Richard. Sara y la señora Jones, llegan con el niño, y un par de bolsos entre sus manos.

Sir Arthur se instala a mi lado, y me acaricia el rostro en forma cariñosa.

- Si hubiese tenido una hija mujer. Me habría gustado que fuera como tú Carolina. - Me dice el anciano mientras me guiña un ojo. Un par de lágrimas caen de mis ojos, las que trato de secar con disimulo. Entonces deposito un cariñoso beso en su mejilla.

- ... Carolina... Richard... que se diviertan...  - Nos dice Sir Arthur en la despedida.

- ¿Vamos?... - Me dice Richard, mientras recibe nuestro equipaje, de las manos de la señora Jones. Me despido con mucho cariño del niño, mi pequeño, no se imagina cuanto lo voy a extrañar.  También de ambas mujeres. Cuando lo hago de Sara, la chica me mira con ojos maliciosos. Al darse cuenta de esto la señora Jones, le pega una disimulada palmada sobre su espalda.

Viajamos en auto hasta Londres. Un extraño y tenso silencio, se instaló entre Richard y yo. Durante el viaje, nunca me atreví a mirarlo directo a la cara. Solo lo observé por el rabillo del ojo. Donde pude ver a un Richard muy concentrado en el camino. Su mirada impredecible, me hizo imposible poder adivinar cuales podrían ser sus pensamientos.

Richard condujo el auto en forma rápida. Al llegar al centro de Londres, y recorrer sus famosas avenidas impregnadas de historia,  de pronto se estaciona, en un aparcadero que está junto a la estación Waterloo. Esto me indica en forma clara, que viajaremos a Francia por tierra en el famoso y rápido Eurostar.

Como siempre... Richard demuestra su buena educación y caballerosidad. Rodea el auto ,  abre la puerta y me toma la mano para que descienda de él. El contacto de sus dedos cálidos, hace que una especie de corriente eléctrica se apodere de mi... Entonces retiro mi mano con rapidez...  Al parecer mi reacción no lo sorprende... pero siento que me vuelve a mirar con esos ojos brillantes y extraños... que hace que me estremezca en el último tiempo.

- Vamos rápido... si no nos damos prisa, perderemos el tren. - Me dice mientras recoge los  bolsos, de la parte trasera del auto.

Yo lo miro en silencio. Su gran porte y su forma de vestir, hacen que esta tarde se vea muy guapo. Entonces volvemos a caminar en silencio, hacia dentro de la estación.

Es increíble la cantidad  de gente que deambula de un lado para otro. Así que Richard me toma de la mano, y en forma muy diestra, me conduce por el atochado lugar. Camina muy rápido, y me es imposible seguir su paso, así que quedo un poco rezagada.

- Perdón... pero si no nos apuramos, perdemos el tren. - Me dice dando vuelta su cabeza hacia mi. Yo lo sigo  mirando como atontada. Dentro de mi cabeza es imposible poder ordenar los acontecimientos y las ideas.

Hace unas horas estaba cocinado para los hombres Welleslley. Planeando lo que sería una tranquila cena. Y en estos momentos, voy caminando a toda prisa, tomada de la mano del hombre que amo rumbo a París...

 Esto me tiene muy preocupada... no se hasta donde podré contener el hecho de que estaré con Richard a solas, esta noche y el día de mañana. 

... Nadie sabe como sufro cada día, imaginando como sería ser su mujer... 

El viaje en tren fue muy cómodo y rápido. Richard sentado a mi lado, con un libro entre sus manos. Un par de veces me miró,  me sonrío y me preguntó si necesitaba algo. Todas esas veces le contesté  que no.

 Llegamos a la estación Gare du Nord (al norte de París), en un par de horas, Así que aún podemos ver la ciudad de París con luz natural.  Richard hace parar un taxi, y le da algunas indicaciones al conductor en francés. Al escuchar la voz pastosa de Richard en esta lengua hace que se me erice la piel.

Ya arriba del vehículo, me dedico a mirar con mucha atención la ciudad. Se puede ver a una gran cantidad de gente caminado relajada y alegre por sus calles.

Su cafés al aire libre se encuentran repletos de parisinos que gozan de la vida desde que comienza el día, hasta que termina. El vehículo avanza en forma lenta por las orillas del Senna.  Yo sigo mirando entretenida por la ventanilla. Acá se siente y se  respira en forma diferente. Es entonces cuando siento la voz perturbadora de Richard.

- ¿Conocías París Carolina? - Me pregunta con una leve sonrisa.

... No... nunca he estado acá... Solo lo he visto en postales... - Le contesto en forma tímida... y me pierdo una vez más dentro de sus ojos. Su larga pierna muy apegada a la mía,  Hace que sea muyconsiente de su cercanía.

- Desde que salimos has estado muy callada... Carolina... Te siento un poco incomoda. - Me dice en forma imprevista. Pensé que seguiría el trayecto en silencio. Pero al parecer ha decidido conversar.

- ... Es solo el hecho, de que no me esperaba esto... Richard. Nunca imaginé que a estas horas, me encontraría contigo, viajando por París. - Le contesto encogiendo mis hombros.

- Estas son las grandes ocurrencias  de mi padre. A mi me avisó esta mañana por teléfono. Te voy hacer sincero... me fascino la idea. - Me dice arrastrando las palabras, con una sonrisa.  Cuando dice esto, se me arranca un suspiro.  Entonces se quita las gafas y  me vuelve a mirar, con ese brillo extraño, que últimamente se ha instalado en sus ojos.

- ¿Entonces tú lo sabías? - Le pregunto sorprendida.

- Sabía todo lo que había planeado papá... pero era una sorpresa. Así que no podía decir nada. Estuve toda la mañana pensando en la hora de regresar a casa... - Su boca vuelve a esbozar esa sonrisa juguetona que tanto me gusta.

 Ahora  sus ojos parecen lanzar llamaradas...  de pronto siento que Richard, me mira con mucha atención. Esta muy atento a mi reacción. Su mirada es tan intensa, que me obliga a bajar la cara. No soy capaz, de mirarlo de frente... si lo hago... salto sobre su boca... y no puedo... 

... Me acomodo nerviosa un mechón del cabello tras mi oreja, y vuelvo el rostro hacia la ventana, mirando el paisaje y así poder distraer mis pensamientos. Lo único que quiero justo ahora, es poder probar los labios húmedos y tibios de Richard...

 Al parecer esto funciona y me concentro en las coloridas flores de primavera que adornan  los Campos Eliseos. Estamos  a punto de pasar por el Arco del Triunfo.

De pronto siento la mano de Richard, que toma el otro mechón de mi cabello, y lo acomoda en mi otra oreja... en forma suave desliza su mano por mi cara, mientras siento su ardiente mirada.  Trago saliva, ante su reacción.

... No se como sucedió... pero doy vuelta mi rostro...  y acaricio con mi labios su fuerte mano...

- ... Madame, Mounsier... ya llegamos. - Nos dice el conductor.

Richard y yo, nos quedamos un poco turbados, mirándonos por un momento, Entonces el hombre vuelve a hablar. Dice algo que no logro comprender. Bajo del taxi, sin esperar que Richard me abra la puerta. Entonces, tomo con fuerza mi bolso. Agradezco que una suave  brisa primaveral, pueda enfriar mi rostro...

¿Cómo pude ser tan atrevida?, me pregunto una y otra vez, mientras abrazo mi cuerpo. Parada en medio de la acera, espero a Richard, que está pagando el taxi mientras conversa animado con el conductor. Pasa su mano nervioso por su cabeza, mientras ríe sobre algo que el hombre le comenta.

Cuando se vuelve hacia mi, me da la impresión que camina en cámara lenta. la brisa ondea la camisa que trae puesta, sobre una inmaculada remera blanca... Se ve tan inmensamente guapo... que me duele el alma,  cuando pienso, que ese hombre nunca será para mi...

- Acá nos quedaremos. - Me dice entrando al elegante edificio de departamentos, con rememoranzas de los años veinte. Pienso esto al observar el estilo clásico  de las construcción.  Al mirar a lo largo de la calle, me doy cuenta que nos encontramos en el lujoso y exclusivo distrito número seis en el centro de la hermosa ciudad de París.

... ¿Qué hago acá... con este hombre...?  Me pregunto una y otra vez, mientras lo sigo lentamente hacia el ascensor.







C O N T I N U A R Á...