Robstorias de Amor: ´´UNA BELLA HISTORIA´´, Capítulo N°9.

Por Mix.

A excepción de Victoria Windsor, que debía volver a las oficinas que Richard tiene en Londres,  la familia Foxley por entero se  quedó a almorzar.

Sir Arthur me pidió expresamente que me encargara de los preparativos para el almuerzo. Entonces le pedí permiso para  utilizar el comedor que se encuentra en una de las terrazas  junto al  jardín. Aprovechando que es un día exquisito de Primavera. Me encanta el sol, el viento cálido y el  perfume que emanan las flores... De pronto me siento feliz, ¡Muy feliz!...

El maravilloso anciano me dice que si, y que haga todo lo que yo crea necesario,para agasajar a los invitados. El padre de Richard  ha mejorado mucho.

Está más fuerte y ya puede caminar sin bastón, lo que al parecer lo tiene bastante complacido, Ya que pasea todos los días junto a George, que está dando pasos cada vez más rápidos y seguros. En agradecimiento le doy un tierno beso en la mejilla, al cual Sir Arthur responde con  una alegre carcajada. Es entonces cuando me doy cuenta que todos nos miran... Sobre todo Richard, que está conversando con Thomás Foxley... y su hija Samantha. Peter en cambio juega con George y le enseña como andar a caballo... Con Sir Arthur nos reímos con muchas ganas  por las caras que coloca el niño.

Estando en la cocina, le digo a la Sra. Jones,encargada  de esta, que no se asuste, pero hoy vamos a preparar una comida latina.  Ella me mira extrañada y un poco reacia. Sé que lleva años trabajando en la mansión Welleslley, y sé también que es una extraordinaria cocinera, experta en platos que se realizan en la campiña inglesa.

Pero hoy quiero algo diferente, Quiero sabor, color y sazón... y  puedo conseguir eso,cocinando esos deliciosos platos que solo los latinos preparan en Miami.

... Por suerte en la alacena de la cocina Welleslley, existe una gran variedad de alimentos y condimentos. La señora Jones me cuenta que Henry era un reconocido sibarita, y cada vez que volvía de un viaje, le traía una gran cantidad de condimentos y especias de las tierras que él había visitado.

De pronto la mujer se calla...

- Lo siento Sra. Carolina... quizá la incomodé con mi comentario - Me dice la mujer un tanto apenada.

- No se preocupe... yo sé que ustedes le tenían mucho cariño al  padre de mi... hijo... - Le contesto solo por contestar. Y también pienso que tal vez no debería estar tan contenta, ya que debo guardar las apariencias... se supone soy la ´´viuda´´ de Henry. Pero no lo puedo evitar. El padre de George,  para mi,  es un perfecto desconocido... En cambio su primo...

Cuando pienso en Richard y en el contacto de sus manos, se me escapa un suspiro y me pierdo en mis pensamientos. Aún siento que me tiemblan las piernas. La mano de Richard sobre mi cintura,  me ha llevado directo al paraíso...

... Richard... Richard... pareciera decir mi corazón, con cada palpito dentro  de mi pecho. Sonrío al recordar ese breve momento, que si hubiese sido por mi, debió haber sido eterno... La Sra. Jones me sacude por los hombros, para que vuelva a reaccionar... Solo entonces me doy cuenta que he salido de la cocina con mis alocados pensamientos, y he volado hasta donde Richard se encuentra... de seguro acompañado por la hermosa Samantha Foxley... que fastidio.


- Sra. Jones, ¿Qué sabe de los invitados?- Le pregunto curiosa a la cocinera.

- Los Foxley son una familia inglesa muy antigua. Por siglos han servido a la familia real, así que esto los hace poderosos.

 Thomás Foxley, es amigo de niño de Sir Arthur, desde que estaban en la escuela. Y los hijos de ambos han crecido juntos.

Peter es muy amable y un reconocido jugador de polo, también tiene un criadero de caballos. Él era muy amigo de Henry... quizá usted lo sabía... Existen otro hijo más, pero ahora se encuentra estudiando fuera de Londres.

- Algo sabía Sra. Jones... Pero  quiero saber más sobre su hermana. - Al final este es mi objetivo.

- Samantha Foxley, es elegante, inteligente y hermosa. Es la hija mimada de Sir Thomás y su esposa. Su padre no le niega nada. Si ella le pide la Luna, él sube al  cielo y se la trae. Así es como le puedo resumir el amor que el padre siente por la  hija.-

- ¿Y tiene novio?- Le vuelvo a preguntar a la mujer, más que curiosa.

- ¡NOVIO!.. El novio de Samantha se encuentra junto a ella en el jardín... ¿Acaso no se dio cuenta Sra. Carolina?- Me dice la mujer con una sonrisa.

- ¿Darme cuenta de qué?- Le vuelvo a preguntar... pero no sé por que razón, no quiero escuchar la respuesta.

- ... Richard... El se casará con la bella Samantha Foxley... - La respuesta de la mujer, hace que mi corazón se congele, y al mismo tiempo, me pase a llevar con el cuchillo con el cual estoy cortando un melocotón. La sangre escurre por mi mano. Y la Sra. Jones llama a Sara para que me ayude.

... ¿Richard se va a casar... pero cuándo... cómo... dónde...? Son los pensamientos que se agolpan en mi mente. Ahora siento como unas calientes lágrimas se  deslizan por mis mejillas, mientras Sara lava mi mano  con agua helada.

- ¿Se siente mal Sra. Carolina? Se ha puesto pálida - Me dice la chica,  mientras venda con cuidado mi mano.

- No es nada... solo que me pone nerviosa la sangre- Le contesto. Pero no me puedo contener, necesito saber más sobre el enlace de Richard y Samantha. Me punza el corte de la mano y también el corazón.

- ¿Es verdad que Richard se va a casar con Samantha Foxley?- Le pregunto en forma directa a la muchacha.

- Eso es lo que suponemos Sra. Carolina... La señorita Samantha desde niña que ha preferido al Señor Richard. Ella es quien lo persigue... Hubo rumores que anunciarían su compromiso el Otoño pasado. Pero algo pasó entre ellos, que se distanciaron... Se dice que fue Henry quien le recomendó al señor. que no se comprometiera con ella.

Luego el Sr. Welleslley viajó a China por negocios, y la señorita Samantha se fue a Italia a trabajar en la sucursal de su casa de modas... Después vino la enfermedad del Sir Arthur... y luego el accidente del señor Henry... Ahora ha vuelto a Londres y hay rumores que hará de todo para lograr su objetivo. Ella siempre consigue  lo que quiere. Y el señor Richard siempre ha estado en su mente.- Me informa la chica con pelos y señales.

- ... Por lo que me cuentas... significa que Richard está enamorado de ella - Le respondo  a la muchacha.

- ¿Enamorado?... es difícil definir lo que pueda sentir el Señor. El siempre ha sido muy reservado cuando se refiere a mujeres. Es cierto que ellos tuvieron algo en el pasado. Y todos acá pensaron que se casarían, ya que se conocen desde niños. Pero Richard Welleslley es una verdadera incognita. Nadie sabe lo que el siente. Solo se dedica a trabajar, y es en este ámbito en donde él invierte la mayoría de su tiempo. Sir Arthur dice, que aún no aparece la mujer que estremezca su cuerpo, su corazón, y su mente... 

... Y muchas veces se pregunta, si esa mujer realmente existe... - Me contesta la chica con una risa maliciosa, recordando las palabras del padre de Richard.

- En resumidas cuentas, me dices que la boda es solo una hipótesis. - le comento ansiosa.

- Exacto señora Carolina. Lo que va ha pasar entre ellos... nadie lo sabe... solo el Sr. Welleslley... - Me contesta la muchacha, terminando de vendar mi mano.

Las palabras de las chicas  me vuelven de cierta forma a la calma... Me duele descubrir que exista una mujer en la vida de Richard. No lo puedo imaginar en brazos de otra... Hoy en su oficina, cuando él me tomó por la cintura... me sentí completamente suya... Aunque se que esto es una locura, pero se me hace imposible dejar de pensar en Richard Welleslley.

A pesar del corte de mi mano. El almuerzo fue un éxito. La señora Jones siguiendo mis instrucciones preparó deliciosos platos de influencia latina: Ensalada mexicana, de  porotos negros y elote. Para el plato de fondo nos decidimos por papas colombianas al perejil con carne de cordero asada y arroz, todo acompañado por vino chileno.  Y al final un exquisito suspiro limeño. El cual  sentí muy dulce, sobre todo al observar la conducta de Richard para con Samantha...

La comida fue el tema central en la mesa. Sir Arthur, me felicitó y brindó con una pequeña copa de vino. Los hombres Foxley comieron con gran esmero y apetito. También noté que se sintieron complacidos. Sobre todo Peter, que sentado a mi lado, elogió en todo momento la comida y me pregunto si yo había cocinado. Le respondí que solo había dado las instrucciones, ya que me había accidentado y le mostré  la  venda que  cubría mi mano.

Fue en ese momento cuando Richard, pareció poner atención a nuestra conversación... Al menos eso pensé, porque lo vi mirarme muchas veces... Cosa que secretamente me complació bastante.

Samantha Foxley fue la única que pareció no disfrutar de la comida... Probó muy poco  bocado, y adujo su actitud a que estaba a dieta, ya que debía cuidar su esbelto cuerpo. Dijo que en el mundo de la moda, eran indeseables las curvas. Ya fuera por parte de las modelos o las diseñadoras. Comentó,  que no entendía como las mujeres latinas podían ser tan voluptuosas... Pero ahora se explicaba todo, ya que la respuesta se la daba la comida. Al decir esto me miró con un brillo extraño en los ojos.

Yo me hice la desentendida, ante su comentario.  Algo me dice que a la hermosa Samantha, le molesta mi presencia en la mansión.

Antes de que los Foxley se retirarán, pude ver a Richard y Samantha paseando por el jardín.

Me concentré en observar sus gestos corporales. Ella muy aferrada al brazo de él. En cambio a Richard, lo noté un  poco molesto... al menos esa fue la impresión que creí tener. No fue cariñoso con ella  y evito mirarla a la cara en todo momento... tampoco la tocó, ya que siempre tuvo las manos ocupadas acomodando su ropa.

Al momento de la despedida, Peter muy caballeroso tomo mi mano sana y la beso, también me dijo que volvería a venir a la hora del almuerzo. Le sonreí cordial y educada ante sus halagos.

Samantha en forma muy fría apenas se despidió. Sir Thomás al igual que su hijo se comportó como  un caballero conmigo. Pero al despedirse de Richard, me llamaron la atención sus palabras.

- Volveré Richard... tenemos mucho de que hablar... - Palabras a las que Richard contestó educado, pero con un dejo de molestia en la voz.

- Cuando quieras Thomás, te estaré esperando. - 

Sir Arthur, nos dijo que se sentía cansado y que subiría hasta su habitación para dormir una siesta. Al despedirse, me volvió a felicitar por el almuerzo, y dijo que le enseñara más recetas latinas a la señora Jones.

Al despedirse de su hijo le dijo que tuviera... cuidado... y se retiró. Entonces nos quedamos a solas con Richard en la terraza.

Después de un momento, y viendo que Richard no decía nada, decidí retirarme hasta mi habitación... Y nuevamente quedé asombrada ante su reacción...

- ¿Te gustaría dar un paseo conmigo... Carolina...? - Al mirar  sus ojos azul-gris atormentados, no pude  decirle que no...

C O N T I N U A R Á...