ROBhistorias de Amor: ´´UNA BELLA HISTORIA´´, Capítulo N°43.

Por Mixxx.

Gracia.

- ... Dejemos que la Señorita Gracia descanse.- Dice el padre Blas, a todos los rostros curiosos que se encuentran en mi habitación.Haciendo salir del cuarto a varios de los niños que han venido a preguntar como estoy.

 Entre ellos se encuentra el pequeño Melenik, nieto de Sarabi y huérfano de ambos padres. Que desde que volví a Ukunda a sido mi gran compañero. Siento que entre su soledad y la mía hemos compatibilizado. Melenik tiene ocho años, es un pequeño distraído con problemas de lenjuaje debido a la grave enfermedad que sufrió su madre durante el embarazo. Su padre ya había fallecido un par de meses antes de que el niño naciera, producto del mismo mal. 

Al nacer Melenik, su madre falleció, y pasó a manos de su abuela materna Sarabi. Durante mi estancia en Inglaterra, abuela y nieto emigraron de su pueblo, para venir a pedir ayuda a la congregación de los padre blancos. Viendo todo el empeño que ha puesto Sarabi, para la críanza del niño.  El padre Blas decidió ponerla a trabajar como encargada de la cocina y al pequeño Melenik lo ha dejado de alumno oyente en la escuela.

Nadie hasta mi llegada ha logrado sacarle una palabra al niño. Pero con mucho orgullo puedo decir que yo si lo he hecho. Aunque la enseñanza personalizada que le he dedicado al pequeño, me ha costado parte de mis horas libres, estoy muy contenta. Ahora Melenik, comienza a decir sus primeras palabras, y también ha comenzado a plasmar sus primeras letras. Por mi parte le he tomado mucho afecto. Siento que los grandes avances del niño, se deben a todo el  empeño que le he dedicado. 

Melenik también retribuye al cariño que le entrego. Cada día me acompaña a todos los lugares que suelo visitar.  Siento que el chico necesita una madre y busca ese amor en mi. Sarabi me contó, que la primera palabra que salió de la boca del niño fue mi nombre... Gracia...

Ahora Melenik, se niega a salir de mi habitación y sigue aferrado a mi mano. David trata de hablar con él en su dialecto, para decirle que se vaya, pero el niño lo mira y mueve su cabeza en señal de negación. 

A pesar de la porfía de Melenik, David ríe de buenas ganas ante la actitud del pequeño.


- Déjelo doctor. Melenik le hará compañía a Gracia, luego su abuela lo pasará a buscar.- Le dice el padre Blas en tono comprensivo a David. El médico como buen pediatra,saca una paleta de caramelo del bolsillo de su uniforme de trabajo y se lo entrega al pequeño. 

Cuando el niño ve el delicioso dulce, le brillan los ojos y lo recibe con gusto. Tras deshacerse de su envoltorio, lo primero que hace, es introducirlo dentro mi boca. Yo me río y acaricio su cabeza ante su amoroso gesto. Por un momento la risa cristalina de Melenik llena toda la habitación. Luego se sienta en silencio junto a mi en la cama, saboreando con gusto el delicioso caramelo.

De pronto el padre Blas se dirige al hombre que se encuentra de pie observando toda la escena, apoyado en forma distraída junto a la ventana. 

- Acompáñeme señor Welleslley. Ahora que ya estamos más tranquilos, al ver a la maestra Gracia recuperada. Le pido que me vayamos hasta la habitación que le hemos preparado, para que se refresque antes de almorzar. El viaje ha sido largo, así que debe descansar. Espero que el cuarto sea de su gusto y lo encuentre confortable. - Le dice en forma muy amable el padre Blas a ... Richard...

¡RICHARD!... Por unos instantes pensé que ver llegar a Richard, era solo un sueño. Uno de los tantos desvaríos, que tengo, cada vez que me vienen esos arranques de nostalgia y me hacen pensar en él.

Después creí que escuchar su voz aterciopelada era otra de mis fantasías...

... Pero la piel y el corazón no mienten...

El corazón me palpita tan fuerte, que me da la impresión que quiere salirse de mi pecho... También se me eriza la piel al sentir sobre mi, la intensa mirada de Richard Welleslley...

Desde mi cama lo observo. Lo encuentro nervioso y confundido. Ese gesto suyo de pasar su mano varias veces por su cabello lo delata. Antes de hablar se moja los labios con la lengua... 

... Si tenerlo lejos me hacía sufrir... Tenerlo cerca... es una tortura...

- Antes de ir con usted, me gustaría saludar a Gracia... padre Blas. - Las palabras de Richard, aunque amables y educadas, más parecen una orden y me ponen más nerviosa de lo que ya estoy.

 El sacerdote le obedece en actitud sumisa. Antes de irse se despide en forma cariñosa de mi, pidiéndome que me cuide y que el prefiere que descanse el resto de la tarde... 

David también ha entendido que debe marcharse, pero antes de retirarse junto al sacerdote, me hace prometer que en caso de que me sienta mal, él será la primero persona a quien debo llamar. Antes de llegar a la puerta, mira a Richard y luego a mi, poniendo los ojos en blanco. Como preguntándose... ¿ Qué diablos,  hace Richard Welleslley acá...?

... Yo también me pregunto lo mismo...

- Voy a estar en mi oficina señor Welleslley.- Son las últimas palabras del padre Blas a su importante visita.

Al final nos quedamos Melinek, Richard y yo, solos en la habitación. Ya es más de medio día y la blanca piel de Richard comienza ha sufrir los estragos del calor. Unas gotas de sudor recorren su cara. 

Lo observo en silencio, mientras el se decide hablar. Lo noto más delgado, pero no puedo negar, que está extremadamente guapo. A pesar de lo informal de su vestimenta, sigue siendo un hombre muy elegante y distinguido.

Si supiera que me estoy muriendo por arrojarme a sus brazos, para darle un beso... También me gustaría contarle que llevo a su hijo... ¡SU HIJO!...

... NO... Richard no se debe enterar que estoy esperando un hijo suyo... Menos ahora que piensa casarse con Samantha Foxley. 

Si se entera, lo más lógico es que tenga la misma reacción que tuvo, cuando supo de la existencia del hijo de mi hermana Carolina. Si en ese tiempo, intentó quitarme al niño, sabiendo que tan solo era su sobrino... No quiero ni imaginar, lo que podría hacer ahora, al enterarse que este hijo es suyo...

... Amo a Richard... no lo puedo negar. Pero creo que lo nuestro, nunca tuvo principio ni final. Una relación que se construye sobre los cimientos de una mentira, no puede prosperar y eso es precisamente lo que nos sucedió a nosotros.

Hoy Richard a elegido su camino y este hijo suyo...es solo mío. Lo tengo decidido...

... Melinek sigue saboreando su dulce, mientras observa a un silencioso Richard,  con ojos grandes e inquisitivos...

- ¿Qué haces acá Richard?- Le pregunto en forma clara y tajante.

- Vine a buscarte. - Me contesta en el mismo tono en que le he hablado.

- ¿A buscarme? ¿Con que derecho?- Le vuelvo a preguntar. Pero el sonido de mis palabras ha subido de tono.

Siento que ya no tengo porqué temerle. No estamos en la mansión Welleslley. Y Richard está enterado de toda la verdad, en lo que se refiere a Carolina. Además ha decidido casarse con otra mujer... Y eso me duele...

Pero la respuesta que me da, me deja totalmente descolocada.

- Con el derecho que me da saber, que el hijo que esperas es mio...- Me dice directo a la cara, desde el otro extremo de la cama. Su voz aterciopelada suena dura. Por un momento me quedo en silencio, asimilando sus palabras. No entiendo como se enteró de que estoy embarazada. 

Trato de levantarme, para preguntarle de donde sacó semejante información. Pero vuelvo a escuchar su temible voz.

- Mañana hablamos con más calma. Ahora tienes que descansar. Así que te quedas acostada... No quiero volver a repetir el susto que me hiciste pasar cuando llegué... - Dando una nueva orden, el arrogante señor  Richard Welleslley sale de mi habitación.

Yo me quedo sentada sobre la cama, en compañía del pequeño Melenik, que me abraza tras la salida de Richard.

Tengo sentimientos encontrados. Por un lado me molesta que haya venido hasta acá, al enterarse que estoy embarazada... 

Por otro...me gusta demasiado, volver a sentir su presencia. Sigue siendo el mismo hombre, arrogante, controlador y dominante... del que me enamoré...

LO AMO, LO AMO... y no sé que va a pasar conmigo, ahora que lo he vuelto a ver...

C O N T I N U A R Á...