_ ¡MIERDA! – Es el improperio que se
escapa de la boca de Richard, justo cuando estaba a punto de… me cuesta
decirlo.
Pero Richard y yo estábamos a punto de hacer
el amor. Cuando de pronto escuchamos unos gritos que se vienen acercando y me llaman.
_ ¡SEÑORA CAROLINA! – Sigue gritando
la chica.
_ Cúbrete con mi toalla… es la
cotilla de Sara, y no nos puede encontrar así.
– Me dice Richard mientras se incorpora muy apurado y se lanza al agua.
… Me cuesta reponerme… me siento un
poco atontada. Aún no puedo procesar bien todo lo que estuvo a punto de
ocurrir. Como un robot tomo la toalla de Richard y la envuelvo en mi cuerpo… Un
placentero dolor siento al rozar la tela de la toalla con mis pechos.
Los gritos de la muchacha están cada
vez más cerca. Mientras ordeno mi cabello, escucho que la chica dice algo del
niño.
_ ¡EL NIÑO! ¡RICHARD, LE SUCEDIÓ ALGO
AL NIÑO! – Me llevo ambas manos al pecho, mientras grito. Richard me mira
asustado desde el agua. Antes de que pueda ir al encuentro de la chica, Sara ya
se encuentra junto a nosotros.
Se ve agotada, al parecer venía
corriendo.
_ ¿Qué sucede? – Le pregunto muy
nerviosa.
_ Tiene que venir rápido a la casa
Señora Carolina. El niño está hirviendo en fiebre y no para de llorar.
_ Estás completamente segura de lo
que estás diciendo?? – Le pregunto sorprendida.
_ Si señora, desde que despertó no ha
parado de llorar. Tampoco ha querido tomar su mamadera… y no para de llamarla. – Me dice la chica con voz preocupada.
Me pongo más nerviosa aún, es la
primera vez que me enfrento a una situación así. Nunca antes se había enfermado
el niño.
Miro a Richard que está sumergido con
el agua hasta el cuello, en la parte más profunda del estanque. Desde esa
posición, me sigue mirando con la misma cara que tenía hace un rato…
Pero pienso que eso ya pasó… por
suerte para mi… O si no a estas horas, Richard ya se hubiese dado cuenta de que
no soy Carolina…
… Ya llegará el momento de analizar
todo lo que ´´casi´´ estuvo a punto de suceder acá… ahora debo preocuparme por
el niño…
_ Me uno enseguida a ustedes… Solo
tengo un ´´pequeño´´ pendiente que terminar… No tuve la misma suerte que tú…
Carolina… - Cuando Richard dice esto, me
guiña un ojo divertido. Yo lo miro y muevo mi cabeza en señal de reproche. Como
es posible que me diga algo así en estos momentos… pero bueno… Richard es
hombre.
Trato de caminar rápido. Pero las
piernas no me responden. Aunque no quiera, todavía siento sobre mi, la
presencia de su cuerpo.
_ ¿Y su ropa, Señora Carolina? – Me
pregunta Sara curiosa.
_ … Resbalé y caí al agua. Ahora está toda mojada. – Le
contesto.
_ ¿Entonces se desnudó en frente del
señor Richard…? ¿Es por eso que ahora viene envuelta en su toalla? – Me vuelve
a preguntar la muchacha con una mirada maliciosa.
_ … Fue un accidente… nada más Sara.
Además ya me venía para la casa cuando tú llegaste. – Le digo tratando de
saciar la curiosidad de la chica y ocultando la verdad. Pero al parecer la
muchacha, no se siente muy convencida de mis palabras.
_ MMMMM… ¿Lista?... yo diría que se
demoró bastante en aparecer… Y cuando sucedió estaba… más bien nerviosa… y
acalorada… – Me responde la chica,
levantando una de sus cejas. Por su gesto me doy cuenta, que es muy observadora
y una gran cotilla con todas sus letras.
_ No es bueno ser tan curiosa
muchacha. – Le comento en tono molesto. Pero Sara parece no darse cuenta del
tono enojado de mis palabras. Al parecer ella quiere enterarse de ´´algo´´ más.
_ … ¿Entonces el señor Richard,
también se cayó al agua junto con usted… porque lo vi sin su pantalón de baño...
? – Acá pierdo la paciencia. Por lo visto a Sara no se le escapa nada. Le digo
que no piense tonteras, y le pido que se quede callada.
_ … Perdón… señora Carolina… es solo
un comentario. Además es la primera vez, que veo al señor Richard bañarse en el
estanque, junto a una mujer. Ni siquiera con la señorita Samantha lo hizo…
En cambio el señor Henry, siempre invitaba a sus amigas a darse baños termales. Él les decía que después de probar las aguas curativas del estanque, quedarían más hermosas… Nosotras con la señora Jones, sabíamos, ´´el porqué´´, después las chicas salían tan radiantes y felices del baño…
En cambio el señor Henry, siempre invitaba a sus amigas a darse baños termales. Él les decía que después de probar las aguas curativas del estanque, quedarían más hermosas… Nosotras con la señora Jones, sabíamos, ´´el porqué´´, después las chicas salían tan radiantes y felices del baño…
… Usted también se ve radiante…
Señora Carolina… - Me contesta la chica, con ese tono suyo intrigante y a estas
alturas, casi molesto.
_ ¡Porque de una vez no te quedas
callada Sara! No me interesan las aventuras que tuvo Henry en el pasado. – Le
respondo en tono cortante. Al parecer mi enojo se hace notar y Sara me pide
perdón.
Por suerte, ya estamos llegando a la
casa. Subo corriendo las escaleras. Necesito lo más pronto llegar al lado de
George y saber que es lo que tiene mi pequeño.
Sir Arthur y la señora Jones, se
encuentran con él en la habitación. El niño llora desconsolado, cuando me ve
estira sus brazos y repite muchas veces la palabra mamá.
_ Qué bueno que llegas querida. No
sabíamos que hacer con el pequeño George._ Me dice Sir Arthur en todo apenado.
En su rostro se nota que está muy preocupado.
Toco su frente, efectivamente el niño
está ardiendo en fiebre. Lo reviso y me doy cuenta que su blanco cuerpecito se
está llenando de pequeños puntitos rojos. Doy un grito asustada. Al percatarse
de esto la señora Jones me dice que se debe tratar de algún tipo de peste.
_ ¿Peste? – Le pregunto en un grito a
la mujer. Eso es imposible, ya que George no sale de la casa y tampoco tiene
contacto con otros niños. En mi mente se abren un mundo de probabilidades y
pienso que la enfermedad del pequeño es mucho más grave. No para de llorar y se
nota muy alterado. Me comen los nervios, cada minuto que pasa se me hace una
eterno.
Sir Arthur me dice que lo lleve de
inmediato al centro médico, para que le hagan una revisión más exhaustiva, y
así salir de toda duda. Me comenta, que él había pensado en llamar a su médico
de cabecera, pero acaba de recordar que este señor se encuentra de viaje,
visitando a su hija, que acaba de dar a luz por estos días. Así que me dice que
me vista, para que lleve al niño lo más rápido posible, hasta el consultorio
del Doctor Lyn. Ya que el marido de su otra hija, también es médico. Y la clínica quedó a cargo de él.
Dice que llamará de inmediato, para
anunciar nuestra visita, y así ganar algo de tiempo.
Después de las palabras de Sir
Arthur, corro hasta mi habitación. Tomo una ducha rápida y me visto.
Mientras Sara y la señora Jones se encargan de preparar al niño para nuestra
salida.
Una vez en la ducha enjabono mi
cuerpo. Al pasar las manos por mis senos, de nuevo siento ese dolor placentero.
Entonces vuelvo a recordar a Richard y su apasionado comportamiento en el
estanque… y que decir de mi… si estuve a un paso… de perder mi virginidad con
él. Me tapo la boca con una mano, para ahogar el grito que estuvo a punto de
salir de mi garganta.
¿Qué hubiera pasado si Richard y yo,
hoy hubiésemos hecho el amor…?
… La respuesta es bien fácil…
Todo es muy rápido, siento que no
tengo tiempo que perder. En estos momentos la primera prioridad es el niño.
Siento angustia, porque le prometí a mi hermana, que no dejaría que a George le
pasara nada… Pero por hacer esa promesa, ahora me encuentro metida un gran lío…
… Estoy enamorada… quizá demasiado
enamorada de Richard Welleslley y por culpa de esta promesa, sé que estoy
condenada a sufrir las penas del infierno…
Reviso todo. El niño está vestido y
el bolso con sus cosas también está listo. Entonces bajo con él en brazos por
las escaleras. Al final de ellas Richard nos está esperando. Se ve divino. Impecablemente
vestido, aunque su pelo aún se encuentra mojado… lo único que puedo decir es
que su loción, lo hace oler como seguramente huelen los dioses. Muevo la cabeza
en señal de negación, me regaño una vez más… Solo debo concentrarme en George,
porque en el papel soy su madre y debo comportarme como tal… Aunque esta tarde
en el estanque, estuvo a punto de escapar Gracia, la mujer que está demasiado
enamorada del dueño de esta casa.
Sir Arthur se encuentra junto a él y
ambos están conversando.
_ Acompaña en todo a Carolina, hijo.
– Le dice sir Arthur en tono paternal.
_ No te preocupes papá, yo me haré
cargo de todo lo necesario. – Entonces se despide de su progenitor con un beso
en la mejilla. Me encanta cuando Richard vuelve a tener estos gestos afectuosos
con su padre. Lo hacen ver tan sencillo y humano.
_ Ahhh! Antes de que se me olvide
papá. Le puedes decir a Sofi que me disculpe, porque no la he podido ir a
buscar al aeropuerto. – Le vuelve a hablar Richard a Sir Arthur. Me sorprendo…
Así que la famosa madame Lacroix, está a punto de llegar… Pongo los ojos en blanco.
Al parecer se me agrega otro problema más.
_ Tengo todo coordinado con el
chofer. Personalmente la iré a buscar. Le voy a dar una gran sorpresa a tú
madrina. – Le contesta el anciano en tono divertido. Ambos se miran mientras se
palmotean cariñosamente la espalda.
Richard me dice que lo siga. Como
siempre en forma muy educada me abre la puerta de su auto, para que yo suba con
el niño, que ahora ya no llora y se encuentra más calmado entre mis brazos.
Por suerte es un excelente conductor
y maneja el carro, rápido y seguro hasta el centro de la ciudad de Bath. Durante
el camino, un par de veces solo pregunta por el estado del niño. Agradezco que
no toque el tema de lo que estuvo a punto de pasar en el estanque. Me siento un
poco culpable. Mientras creía tocar el cielo, adosada a la boca de Richard,
olvidando todo a mi alrededor y dando rienda suelta a mis más secretos
placeres… mi pequeño estaba hirviendo en fiebre. Un dolor agudo se instala en
mi estómago, creo que es la angustia de no saber que le pasa a mi niño… ¿Será
así como siente una madre de verdad…? Me pregunto en silencio.
Cuando llegamos al consultorio del doctor Lyn,
una amable enfermera nos anuncia como el señor y la señora Welleslley. Entonces
nos hace pasar a una sala en donde se encuentra un hombre joven, envuelto en un
inmaculado delantal blanco, que se presenta como el doctor Style, y nos cuenta
que es el yerno, del señor Lyn, médico de cabecera por muchos años de Sir
Arthur.
Me pide que acueste al niño sobre una
camilla y le quite la ropa. Al poner el doctor Style, sus manos heladas sobre
su cuerpo, George se siente incómodo y se pone a llorar. Richard en forma
tierna, toma su pequeña mano y le habla con cariño.
Yo me pongo muy nerviosa, porque no
soporto que mi pequeño pueda sentir algún malestar. Sufro al pensar que la
situación de George pueda desencadenar en algo más grave.
El médico observa detenidamente su piel, también examina con cuidado su corazón y pulmones. Luego llama a una enfermera y le dice que lo prepare, porque le harán todo tipo de análisis. Cuando escucho esto, siento que el estado de salud del niño es grave, entonces exploto en llanto.
El médico observa detenidamente su piel, también examina con cuidado su corazón y pulmones. Luego llama a una enfermera y le dice que lo prepare, porque le harán todo tipo de análisis. Cuando escucho esto, siento que el estado de salud del niño es grave, entonces exploto en llanto.
Los siguientes momentos fueron
interminables. Por suerte Richard se encuentra ahí junto conmigo. Me abraza en
forma tierna y deposita un beso sobre mi frente, pidiendo que me tranquilice.
Por mi parte lo abrazo con mucha
fuerza, escondo mi rostro en su pecho, y le pido al cielo, que no sea nada
grave lo que tiene mi pequeño. Lo único que quiero en estos momentos es volver
con George sano y salvo, para que vuelva a reír y a jugar, como lo hace todos
los días, aportando tanta felicidad a todos los que habitamos la mansión
Welleslley.
El contacto físico con el cuerpo de
Richard me tranquiliza. Ya no lloro, ahora espero con paciencia las noticias
que nos dará el médico.
Después de un largo rato, en donde
hemos estado Richard y yo solos abrazados en silencio, aparece el doctor Style,
con unos papeles en la mano. Son los análisis del niño.
Entonces nos pide a Richard y a mi
que nos sentemos. El médico se acomoda en su silla, al otro lado del
escritorio.
_ Señor y señora Welleslley, los
exámenes dan como conclusión que el pequeño George, solo se encuentra aquejado
de una peste llamada varicela. Si se tienen los cuidados adecuados, no hay de que
preocuparse. Le hemos administrado un analgésico. Eso hará que comience a bajar
la fiebre y esta noche pueda dormir más tranquilo. No es necesaria ningún tipo
de hospitalización. Todos los órganos internos del pequeño, se encuentran
bastante bien. Los puntos rojos,se llenarán de un líquido blanquecinos y son normales en este tipo de
diagnóstico. Su cuerpo se llenará de ellas en los siguientes días, para luego
comenzar a cicatrizar, se convertirán en costras y desaparecerán por si solas. Lo que si deberán tener cuidado es con la
comezón. Si las fistulas se rompen, se pueden infectar, eso podría ser
peligroso y podría hacer que se formen cicatrices en su piel. No hay ser humano
que no tenga algún recuerdo de esta enfermedad en su cuerpo. – Nos dice el
hombre en tono jovial y divertido. Las palabras del médico me hacen sentir más
tranquila. Richard toma mi mano y la acaricia, este gesto suyo hace que me
sienta muy segura y feliz. El médico vuelve a hablar, para seguir dando más
indicaciones.
_ Les daré una receta en donde van
indicado los medicamentos y como debe ser el tratamiento. Como les dije antes,
todos hemos sido víctimas de esta enfermedad, si es bien tratada, se puede
decir que es algo normal dentro del desarrollo de los niños.
Para cuando hayan tenido su segundo
hijo, sabrán ustedes mismos como tratar ésta dolencia y para el tercero… porque
supongo que tendrán pensado tener muchos hijos… ya serán unos verdaderos
expertos en diagnosticarla. Richard me mira y me guiña un ojo, entonces me dice
algo muy bajito en mi oído.
_ El médico no se imagina que esta
tarde estuvimos a punto de comenzar a practicar como se hace para traer hijos
al mundo. – Yo abro muy grande los ojos y le propino un suave golpe es su
muslo. Nos reímos en forma cómplice, lo que parece no molestar al médico. Ya
que desde nuestro ingreso a la clínica, nos trata como si fuéramos la pareja
perfecta. Debo admitir que en el fondo de mi alma me complace demasiado la
situación.
Por fin regresa la enfermera con
George en sus brazos. Se ve más recuperado, pero su carita cuenta nuevos
puntitos rojos, y los primeros en aparecer se han llenado de liquido, como nos ha dicho el médico. Respiro con alivio al ver al pequeño… Richard me vuelve a
abrazar.
_ ¿Más tranquila? – Me pregunta, mientras
deposita un suave beso sobre mis labios.
_ … Infinitamente… feliz…- Le
contesto perdiéndome en sus ojos.
El doctor Style fue muy amable con
nosotros, y nos encaminó personalmente, hasta la salida de la consulta.
Mientras cargo al niño, Richard me rodea la espalda con uno de sus brazos. Cada
cierto tiempo me dice que tenga cuidado porque me puedo caer. En el
apuro y los nervios, me puse unos zapatos con unos grandes tacones.
… Richard se ríe, y dice que solo a
mí me suelen suceder estas cosas…
Charles Style se despide de mano de
Richard, completamente convencido de que es el padre del niño. También nos
recuerda que debemos volver en un par de días para que lo vuelva a revisar.
Ya se ha hecho de noche, y mi pequeño
se ha quedado dormido. El viaje de regreso a casa es completamente distinto.
Richard me pide que deposite al pequeño en su silla de seguridad, en la parte trasera del coche. para que me siente a su lado…
Ya no conduce con premura, ahora lo hace en forma lenta, enciende la radio del
auto y sintoniza una suave música. Cada cierto tiempo me mira, y con su dedo
pulgar acaricia mi boca.
- Nunca imagine que el día terminaría
así… - Me dice con esa voz suya tan especial, sin quitar la vista del camino.
- … Yo tampoco… - Le contesto. Con la
vista fija en su rostro. Lo veo y lo siento feliz. Respira profundo y vuelve
hablar.
- ¿Sabías que en Medio Oriente hay
una costumbre muy especial? - Sus palabras me sorprenden un poco. Pero me sorprendo mucho más con lo que vuelve a comentar.
- En ciertas tribus árabes y también
semitas, cuando muere un hermano… El hermano que sobrevive tiene el derecho a
casarse con su mujer. Esto se hace para que ella siga perteneciendo a la
familia del marido muerto y no quede indefensa. También para que el linaje de
los primeros hijos, sea el mismo de los niños que han de nacer en el segundo
matrimonio… - Aún no proceso bien su comentario. Entonces por curiosidad le
lanzo la siguiente pregunta.
- … ¿ Y qué sucede si el hombre es
hijo único… ?- Le digo en tono de broma.
- La respuesta es muy fácil… preciosa…
Entonces la mujer pasa a ser posesión de su primo…- Se me cae la mandíbula.. ante tal respuesta...
C O N T I N U A R Á…
Wow otro giro inesperado pero bueno para la historia, tanta tranquilidad me da mala espina y se me hace que vienen tormentas jajaja
ResponderEliminarA mi igual me da miedo esta tranquilidad...
Eliminar;))))))))))))))))))))
Besos!!!
PD: Tienes una intuición periódistica que da miedo... ja!
AY MIXXXXXXX AL POBRE RICHARD YO LE HUBISE PODIDO AYUDAR CON SU PEQUEÑO PROBLEMITA JAJAJAAAAA AY GRACIAS O CORRES O SE TE VIENE UNA GORDA PORQUE LLEGA SOFI Y RECUERDA LO QUE TE DIJO Y APROVECHA QUE RICHARD TE NIENE UNAS GANAS!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarY TU MIXXXX COMO SIEMPRE DEJANDONOS CON GANAS DE MAS!!!!!!!!!!!!!
LA BRUJIS VENEZOLANA
ja ja ja ja ja ja!!!!
EliminarYo también lo hubiese ayudado brujis, y con todo el gusto del mundo...
... Yo creo que las ganas de Richard... quizás... solo quizás la podrían salvar... todo depende de como y cuando... Je je!
Besos!!
Mixxxx otra vez nos dejaste con la
ResponderEliminarMiel en los labios jajajjaja..... Este giro tal
Vez sea lo mejor para Gracia porque sino estaría llorando :((
Será posible q las cosas se pongan mas complicadas de lo q ya las tiene... Gracia, Gracia cuenta la verdad, ahora que Richard esta que se muere por tus huesitos ;))
Me encanto el capi, hasta me causo gracia lo q les paso y como todas, quien no quisiera ayudar a Richard con su problemita!!!
Besos Mixx
KG
El problemón de Richard está para solucionarlo a cualquier hora. Voluntarias sobran... jajaja
Eliminar... Sip... es posible... No digo más. Hasta el Viernes.
Besos!! Karla G.
Hola Mixxxxxxxxxxxxxxxxx, como siempre interesante este capítulo, pensé durante la semana que ella caería en los brazos de este hombre, y el la pondría de patitas en la calle, al darse cuenta que esta chica no es Carolina. has sabido salir muy bien del embrollo en que Gracia estaba metida. ella debe contar su verdad, Richard está enamorado y está cediendo.
ResponderEliminarGracias Mix, es muy entretenida y novedosa esta historia.
Lina.
Sip... está muy enamorado... pero no sé hasta donde será capaz de ceder... je je.
EliminarGracias por leer y comentar, Lina.
Besitos!!