ROBhstorias de Amor: ´´UNA BELLA HISTORIA´´, Capítulo N° 47.

Por Mixxx.

Richard:

- ... No me hagas esto Richard...  por favor... - Me dice Gracia, dando vuelta el rostro, quitando muy rápido la mano de mi entrepierna. La siento temblar debido al contacto con mi cuerpo. Respiro agitado producto de su cercanía. La tomo del cuello para decirle todo lo que siento.

- Te amo... - Le digo casi en un susurro.  La obligo  a mirarme a la cara. Ella sigue aprisionada entre mi cuerpo y la pared. Mientras  lucha por deshacerse de mi abrazo.

 Pero no pienso dejarla ir. Cada vez que Gracia intenta  liberarse de mi cuerpo, siento la dureza de sus senos que rozan mi pecho, cada movimiento suyo me excita... pero no voy a ceder  ante mis propios deseos. Ahora es el momento de hablar con ella,  no la voy a dejar ir, hasta que podamos hacerlo.

En el silencio del cuarto, puedo sentir como el palpito del corazón de Gracia rivaliza, con el sonido frenético de los tambores, cuyo sonido se expande en la inmensidad de la noche áfricana. Respiro con dificultad, al ver como los labios de la madre de mi hijo, se abren para hablar... Muero por volver a probar el sabor de esa boca. Pero me contengo.

- ¿Por qué me tienes que castigar de esta forma, Richard. ¿No te das cuenta que estoy intentando ser feliz sin ti... ? - Me dice ella, con angustia en la voz.

- ¿ Estás intentando ser feliz con el médico? - Le contesto en un arranque de celos, al mal interpretar las palabras de Gracia. De inmediato me arrepiento... no debí tratarla así.

Entonces ella levanta su mano, y con fuerza la deja caer sobre mi cara. Siento que merezco esta bofetada

- ¡Como te atreves... Richard Welleslley!. ¿Acaso piensas que es tan fácil olvidarte?. He luchado contra tú recuerdo desde que salí de la mansión.  Cuando llegué a este lugar, mi objetivo principal, ha sido no pensar más en ti... Y ahora, te apareces en frente de mi....

... Como si entre tú y yo, no hubiera pasado nada,  Richard... Y más encima te atreves a insinuar, que tengo amoríos con otro hombre. - Me dice ella en tono molesto. 

Reconozco que me he equivocado en mi forma de actuar. Pero Gracia debe entender que no soporto verla en compañía de ningún otro.

Yo soy su primer hombre, así que Gracia es solo mía... Por suerte mi buen razonamiento, y la bofetada de Gracia, hacen que me de cuenta, que me estoy equivocando en mi forma de actuar. Gracia tiembla entre mis brazos, la percibo herida, dolida. Así que en forma suave le vuelvo hablar.

- Me costó tanto encontrarte... amor... Me estaba volviendo loco, al ver como pasaban los días y no tenía noticias de ti... - Le digo mientras apoyo mi frente sobre la suya. Cierro los ojos, respiro profundamente, para inhalar el exquisito aroma, que emana de su suave piel.

-  ... Ten compasión de mi, Richard por favor... no me tortures más. Te lo suplico. Si este es mi castigo por haberte mentido, te pido perdón. Se que me equivoque. Pero quiero que entiendas, que no tuve más alternativa. Cuando te vi por primera vez, sentí miedo, porque te vi tan decidido a quitarme al niño. Yo le había hecho una promesa a Carolina, en que cuidaría a su hijo como si fuera mío... entonces pensé que eso era lo correcto...

Te pido perdón una vez más... Richard... Pero no vuelvas a decir que si estás aquí es porque me amas.... Cuando tengas que volver a Inglaterra a cumplir con tus compromisos, yo me quedaré hecha pedazos... Ya he sufrido demasiado...

Siento que en toda esta historia, la única que se ha sacrificado soy yo... Todos han seguido viviendo sus vidas  como si nada hubiera pasado...  y eso lo encuentro injusto. - Me contesta Gracia, con los ojos inundados de lagrimas,  convulsionando en sollozos. 

La siento tan frágil. Además me doy cuenta que ella está echando a fuera todo lo que ha guardado en su interior  desde que nos conocimos. La abrazo con fuerza, mientras le hablo con suavidad en su oído.

- ... Soy yo quien tiene que pedirte perdón... amor. Yo tuve la culpa, porque me comporté guiado por mis tontos prejuicios. Ahora me arrepiento de todo lo que dije. 

Carolina me contó como sucedieron las cosas. Y Sofí, me hizo comprender que estaba errado en mi forma de pensar. Si no hubiese sido por lo tonto de mi comportamiento, jamás te habrías marchado en la forma en que saliste de la mansión. - Le digo acariciando su cabello. Ella sigue llorando sin consuelo sobre mi pecho.

- Cuando me fui de la mansión estaba aterrada, porque sabía que cuando volvieras, me expulsarías de tu vida sin compasión. Además me sentía asqueada conmigo misma, porque estaba cometiendo un delito. Fue la culpa, el miedo y la vergüenza, los que me hicieron huir. Si te volvía a ver, no tendría el valor de mirarte a la cara... Así que preferí escapar... nunca imagine, que me encontrarías. - Me contesta ella, quien por primera vez, decide mirarme de frente.

- Eso a mi no me importa Gracia. Cuando me enteré de la verdad, me sentí dolido. Pero este dolor no se comparaba en nada, al hecho de no verte y no saber donde estabas. Cuando me enteré que estabas en África y más encima embarazada, me desesperé por venir a buscarte. -Le comento mientras voy depositando suaves besos sobre su rostro. Pero ella vuelve a mirarme con ojos impenetrables.

- ... Eso es lo que realmente te importa... ¿Cierto?... Tu hijo. 

Una vez Sofi me contó, que ustedes, los Welleslley, jamás dejan un hijo abandonado . Ahora entiendo con claridad, porqué estás aquí... - Me contesta Gracia, hablando casi en un susurro.

- Tú y mi hijo, son lo único que me importa, amor. - Le digo, aprisionando su hermoso rostro entre mis manos. Ella continúa llorando desolada. Pienso que con mi palabras ella pueda calmarse. Pero cada vez que le hablo, la siento más desolada.

- ¿Cómo te atreves a decir que el niño y yo somos lo más importante Richard. Si apenas salí de Inglaterra, tú continuaste con tú vida? - Me pregunta Gracia con rabia. 

- ¿Qué?... No sé si el clima áfricano, me ha puesto demasiado lento... Pero no logro entender de  que me hablas. Si continuar mi vida fue un infierno sin ti.  Entonces te digo que prefiero no vivir. - Le contesto. La confusión que siento por las palabras que pronuncia Gracia, hace que ceda ante el intento de retenerla entre mis brazos. Entonces me doy media vuelta, caminando  hacia la ventana.

- ... No puedo creer que seas tan cínico Richard... ¿Acaso no eras tú, el que se llenaba la boca, hablando de lo importante que es decir la verdad? Y ahora estás parado junto a mi, diciendo una mentira tras otra... -

Los comentarios de Gracia hacen que me sienta cada vez más confundido, pero al mismo tiempo, está haciendo que pierda la paciencia. Ya no sé como explicarle que la amo, que necesito tenerla a mi lado para ser feliz. Pero al parecer ella se está empeñando en seguir del otro lado de ese muro impenetrable, que ha construido entre los dos.

Henry me lo había advertido antes de emprender el viaje. El me dijo, que podía tener dificultades debido al carácter de Gracia. Pero yo no le hice caso. Ya que siempre pensé, que ella correría a mis  brazos, cuando nos volviéramos a ver.

... Al parecer, estaba muy equivocado...

- GRACIA, PRIMERO QUE TODO, ESTOY ACÁ POR TI. ¿DE QUÉ FORMA QUIERES QUE TE HABLE, PARA QUE ME ENTIENDAS?

ESTOY CONSIENTE QUE ME PORTÉ COMO UN BRUTO TODO EL TIEMPO QUE COMPARTIMOS EN LA MANSIÓN... Y TAMBIÉN SÉ, QUE NO TE TRATE COMO DEBÍA, ESA NOCHE... EN QUE... TÚ Y YO... ESTUVIMOS JUNTOS... 
SI QUIERES QUE ME ARRODILLE PARA PEDIRTE PERDÓN LO HAGO. - Le hablo en forma golpeada. Para que ella entienda de una buena vez, que todo lo que le digo es sincero. Pero ella sigue ahí, mirándome con ojos incrédul

os.

- ... No lo puedo creer Richard. No logro entender como tú, siendo un hombre tan correcto, te comportes así.

 El clima áfricano no ha hecho que tus pensamientos estén más lentos. Al parecer a afectado gravemente tú memoria.

¡TE RECUERDO QUE FUI YO MISMA LA QUE REDACTÓ EL MENSAJE DE FELICITACIONES, QUE ENVIÓ EL PADRE BLAS, CON MOTIVO DE TÚ MATRIMONIO CON SAMANTHA FOXLEY! - Me grita Gracia descontrolada. Yo abro los ojos, porque esperaba cualquier tipo de respuesta, menos esta.

- ¡QUÉ! -  Le contesto entre iracundo y sorprendido. Los ojos de Gracia se han vuelto a llenar de lágrimas, las que ella trata de disimular, secándolas con rabia, con la palma de su mano.

- ¿Te estás riendo de mi? ¿Ahora intentas hacerte el desentendido? Porqué no me dices la verdad de una buena vez y terminas con esta agonía que me está matando Richard.

Se que no tengo derecho, al pedirte esto. Pero te exijo que me cuentes la verdad. Yo se que en un tiempo más, te casarás con la mujer que has elegido para ser tú esposa.

Así que no quiero volver a escuchar de tú boca que me amas, que quieres estar conmigo y nuestro hijo... ¡PORQUÉ NO ES VERDAD!

¿O pretendes que yo sea tú amante y me tendrás oculta acá en África? - Me contesta ella con sus ojos verdes fulgurantes de rabia.

- No... no... no... ¿De dónde sacaste eso Gracia? - Le pregunto abalanzándome sobre ella.

- ... El padre Blas... me lo contó. Me dijo que estaba entre las noticias de la fundación. En donde anunciaban el compromiso matrimonial del señor Welleslley...

Entonces fue cuando comprendí que habías decidido casarte con Samantha Foxley... - Me dice Gracia en un susurro, para luego volver a explotar en llanto. Me río nervioso ante su comentario. Ahora me doy cuenta, que todo se trata de un desafortunado error.

La vuelvo a mirar con ojos llenos de amor y ternura. Gracia piensa que soy yo quien se va a casar, pero el señor Wellelley al que se refieren es mi padre. Sigo riendo mientras paso mi mano nervioso por mi cabello. 

La abrazo. Aunque ella al comienzo se rehúsa,  me da la impresión de tener un animal herido y demasiado dolido entre mis brazos.

- ... No soy yo el que se va a casar... es papá... - Le hablo con suavidad en su oído. Ella se pone rígida ante mi comentario.
Sus inmensos ojos verdes, me observan. En el fondo de ellos puedo ver que Gracia sigue luchando entre el amor y la desconfianza.

... Allá afuera los cánticos y el retumbar de los tambores han cesado. Solo se siente el silencio en medio de la tranquilidad de la noche... Por primera vez en mucho tiempo... yo también me siento tranquilo...

C O N T I N U A R Á...