Por Mixxx.
Gracia.
Llegar hasta las minas de JIWE es toda una odisea. El atajo de Bakari, es solo una ilusión.
Un camino rocoso, lleno de altibajos, hacen que me duelan las piernas. Respiro profundo un par de veces para darme ánimo y poder continuar. Al respirar percibo el olor a humo que provoca una fogata recién extinta. Trato de apurar el paso, pero David me contiene... Con la mano me indica que vayamos despacio y con cautela. Al parecer el ha percibido el mismo olor a leña quemada que aún ronda en el aire.
Con cuidado comenzamos a bajar, en lo que parece un laberinto interminable. Tenemos mucho cuidado al caminar, ya que las rocas con las que tropezamos tienden a rodar y eso provoca pequeños derrumbes que pueden delatar nuestra presencia.
David me pide que me quede muy quieta, mientras el se desliza por encima de una roca, y así poder mirar que pasa abajo del acantilado. Luego de observar por un buen rato me pide que con mucho cuidado pueda llegar hasta donde él.
Abro unos ojos inmensos, mientras ahogo un grito de horror... Desde acá puedo ver un par de hombres de color que se encuentran armados, vigilando el lugar. A un costado de la mina, un hombre también de color, yace en el suelo, tiene su ropa ensangrentada, de vez en cuando un pequeño niño, le acerca un jarro a su boca, para que tome agua... Se me caen las lágrimas al reconocer al pequeño Bakari...
... Sentado en el suelo, apoyado sobre una roca y amarrado por los pies, se encuentra Richard, desde acá me doy cuenta que tiene los ojos cerrados. Abrazado y sobre su regazo el pequeño Melinek... Quiero pensar que aún están dormidos... Se me parte el corazón al verlos así, tan desprotegidos en manos de estos delincuentes sin escrúpulos...
- ¿Qué podemos hacer? - Le pregunto a David muy despacio.
- ... No se me ocurre nada... Gracia... - Me responde él, tan preocupado y desconcertado como yo.
- Sigamos bajando David. -Le propongo al médico, que me mira no muy convencido de mi idea.
- Es muy peligroso. Ya sabes a lo que nos exponemos si estos hombres nos atrapan. - Me contesta David, con preocupación en la voz.
Pero no le hago caso. Con extremo cuidado me desplazo por el camino pedregoso. El corazón me late muy fuerte. Las ansias por estar más cerca de Richard y poder liberarlo me juegan una mala pasada. Me tropiezo sobre las rocas. Por suerte alcanzo a contener un nuevo grito. Pero no puedo detener la avalancha de pequeñas piedras, que ruedan cuesta abajo. Por lo visto los cazadores se ponen en alerta ante el ruido, porque David trata de camuflarse atrás de unas formaciones rocosas casi del porte de un hombre, mientras yo me apego a la pared de piedra que se encuentra al otro lado del camino. Desde acá alcanzo a ver que Richard y los niños también escuchan el ruido que han provocado las piedras, porque miran hacia arriba del acantilado.
Con David decidimos esperar un rato, antes de volver a bajar. Queremos que los hombres piensen que solo se ha tratado de un derrumbe natural. Aún no entiendo como estos bandidos han bajado con su compañero herido... Al parecer Bakari no es la única persona que conoce este atajo...
Pienso, mientras los sigo observando muy callada atrás de unas rocas. Desde acá puedo escuchar que los hombres algo conversan en su dialecto natal, por lo que logro entender están preocupados por las condiciones de salud en que su compañero herido se encuentra. Cada cierto tiempo elevan la mirada hacia lo alto... como esperando ver algo o a alguien...
Uno de ellos obliga al Bakari a que les sirva algo de comer. El muchachito muy obediente y servicial, le hace caso. Me intriga la mirada que el niño le lanza a Richard... que sigue impávido, muy pálido, yo diría que en estado de shock, con Melinek entre sus brazos. El corazón me late muy fuerte, porque entiendo que algo no anda bien con el padre de mi hijo...
- Algo está pasando con Richard... - Le digo a David. Con palabras casi imperceptibles, pero histéricas.
- Yo tampoco lo veo bien. Quizá se deba a la tensión del momento. - Me responde David. Seguimos muy callados sin saber que hacer.
Si bajamos los cazadores nos van a ver y antes de que alcancemos a llegar hasta donde ellos se encuentran, nos pueden disparar. Es muy peligroso si nos mostramos ante ellos.
Entonces recorro con la vista todo el lugar, tratando de encontrar alguna otra entrada, en la que podamos descender David y yo sin ser vistos. Las horas pasan y el sol ya se encuentra sobre nuestras cabezas, haciendo que la temperatura suba. Muy pronto ya no soportaremos estar en contacto con lo caliente de las rocas.
También pienso en Richard y los niños, en ningún momento los he visto tomar agua. Aprieto con fuerza la cantimplora que llevo atada a mi cinturón, necesitamos con urgencia llegar hasta donde ellos se encuentran, para poder hidratarlos. Me preocupan demasiado Melinek y Richard que siguen muy quietos... Presiento que algo no anda bien entre ellos dos.
En mi recorrido visual del terreno, me doy cuenta que existen unas rocas que forman un arco, justo por encima en donde Richard y el niño se encuentran... Es muy angosto, pero al parecer cabe el cuerpo de un hombre... o de una mujer...
Le digo a David que retrocedamos e intentemos bajar por ahí.
- ¿Estás segura de lo que pretendes hacer Gracia? - Me pregunta David preocupado.
- Claro que estoy segura. Mientras tú bajas yo me devuelvo hasta el vehículo y doy aviso por radio, que los hemos encontrado. - Le digo a David en forma autoritaria.
- ... Y una vez abajo... ¿Qué hago? - Me pregunta David.
- Si te fijas, puedes llegar hasta las rocas donde se encuentra Richard, sin ser visto. Me he dado cuenta que los hombres están más preocupados del cazador herido, además me da la impresión que esperan la llegada de algo o alguien. Así que tenemos que darnos prisa. Me preocupa la actitud de Richard y del pequeño Melinek... Necesito que les hagas saber que los hemos encontrado... - Le digo a David con voz suplicante.
David intenta bajar por la pequeña grieta que forma el arco, pero su musculoso cuerpo queda atrapado a poco andar. Entonces cambiamos el plan, seré yo quien tenga que bajar y el irá a dar aviso por radio. Mi amigo trata de hacerme desistir una vez más, pero no le hago caso.
Necesito saber como se encuentra Richar, en lo posible... ahora mismo...
Su mirada perdida me dice que algo no está bien y siento mucho miedo. Además los hombres en cualquier momento pueden abandonar la mina, llevándoselos a un lugar desconocido.
Me desplazo con sumo cuidado bajando sobre la pared rocosa. Respiro profundo. Nunca pensé que las clases de yoga de David, me iban a servir para rescatar a Richard del gran peligro al que se encuentra expuesto. El corazón y la cabeza me palpitan al mismo tiempo. Pero trato de contenerme y mantenerme calmada. Cada cierto tiempo me detengo... también siento miedo que semejante esfuerzo, pueda afectar a mi hijo. Pero entonces yo misma me infundo valor, y me digo a mi misma que soy una mujer fuerte, al mismo tiempo le hablo a la criatura que llevo dentro de mi vientre... le explico que todo esto lo hacemos por su papá.
Llena de sudor, al fin logro tocar tierra firme, desde acá alcanzo a divisar a los hombres que se encuentran al otro extremo en la parte delantera de la mina, observando el camino, por el que veníamos bajando David y yo. Un poco más cerca de mi, logro ver la cabellera rubia de Richard, que a esta hora brilla a la luz del quemante sol áfricano.
Con mucho cuidado me desplazo ocultándome entre las rocas. Los hombre están tan ocupados discutiendo su suerte, que no se dan cuenta de mi presencia... Al fin logro llegar hasta la roca donde se encuentra Richard. Me salta el corazón de emoción, pero no puedo decir nada. Me acurruco entre la formación rocosa que separa el cuerpo de Richard y el mío. Entonces lo jalo suavemente de su camisa y le hablo al oído.
- ... No te muevas... sigue con los ojos cerrados... quiero saber como estás... - Le digo con voz apenas audible. Mientras el corazón parece que se escapa de mi pecho. Siento miedo, porque pienso que los cazadores me van a descubrir.
Richard da vuelta su cabeza, con extremo cuidado y trata de mirar por encima de su hombro. Lo poco que alcanzo a ver de su rostro me indica que se encuentra asombrado, pero más que nada preocupado.
- ¿Qué estás haciendo aquí? - Me dice tan despacio, que apenas lo alcanzo a oír.
- Vine a buscarte... ¿Estás bien? - Le contesto igual de despacio, pero con satisfacción en la voz.
- ... Yo estoy bien... pero no sé como se encuentra... Melinek. Cayó de las rocas intentando huir. Creo que se golpeo la cabeza... Desde anoche que está así... inconsciente... - Lo que Richard me cuenta es terrible. Ahora entiendo su cara de preocupación y el porqué de su pasividad. Ha estado toda la noche dando calor y abrigo al pequeño, sin moverlo demasiado para que no vaya a convulsionar.
Siento que debemos salir lo más rápido posible de este lugar. Me desespero... aún no entiendo como lo haremos.
Los hombres siguen conversando entre ellos. Richard llama a Bakari y le dice algo al oído.
El pequeño que es astuto se hace el desentendido y rodea la roca para encontrarse conmigo. Sus ojos negros brillan al verme, pero se queda en completo silencio. De pronto uno de los hombres lo llama, al parecer se ha dado cuenta de la ausencia del pequeño Bakari. Como dije el niño es muy inteligente y se presenta ante los hombres, ordenando sus pantalones, dando a entender que se encontraba realizando sus necesidades biológicas. Me sonrío ante la ocurrencia de Bakari.
El cazador le habla al niño en su dialecto. A lo que Bakari responde con mucha personalidad. Lo manda a recoger trozos de leña seca que se encuentran esparcidos por el terreno, para que encienda una nueva fogata y pueda volver a preparar algo de comer, ya que tiene hambre. El otro hombre en el mismo dialecto, le pregunta si acaso será peligroso hacer fuego, ya que el humo los puede delatar.
El primer cazador muy seguro de si mismo, le contesta, que no hay de que preocuparse, ya que si los llegan a encontrar usarán al ´´HOMBRE BLANCO´´ como escudo y pasaporte. Entonces le cuenta al segundo cazador, que el hombre al que tienen prisionero es el benefactor de la congregación de los padres blancos. Un millonario inglés muy importante en el mundo de los negocios.
El está seguro que su familia en Londres, ha de pagar lo que sea por su rescate... Ambos hombres se ríen, después de comentar que para ellos es un día de suerte y con Richard ganarán mucho más, que si hubieran vendidos los leones en el comercio ílicito.
... Mi peor teoría se ha concretado... Los cazadores saben lo importante que es Richard Welleslley y todo lo que ha hecho por ayudar a los padres blancos en África... Lo que si me consuela, es que por el momento no le harán nada...
El choque de muchas piedras al caer, me hace alzar la cabeza, por entre el hombro de Richard. Un pequeño derrumbe antecede a la llegada de otros tres hombres. Se me hace un nudo en el estómago al reconocer a David, que viene bajando con los brazos en alto, mientras al parecer un cuarto cazador le apunta con su arma en la cabeza.
Me dan ganas de llorar, al comprender lo que está pasando.
También reconozco con facilidad al otro personaje que viene con ellos... digo personaje, porque se trata de una especie de curandero o médico brujo que vive en la aldea contigua a Ukunda. Se muy bien de quien se trata. Este hombre tiene cuatro nietos y nunca ha dejado que ellos asistan a la escuela, a pesar de que el padre Blas le ha insistido en que los niños deben educarse. Este señor siempre se ha negado, aduciendo que los chicos solo aprenderán, lo que el les puede enseñar... Y es lo mismo que el aprendió de su padre, y este de su abuelo. También le prohíbe a los habitantes de su poblado que usen el consultorio médico. Siempre les dice que la medicina de los blancos no es buena para ellos.
Al final, los sacerdotes han desistido con él y su familia... Para mi es una verdadera pena, ya que los niños están perdiendo una gran oportunidad de avanzar... El hombre es muy radical en sus pensamientos, lamentablemente su forma de actuar está perjudicando a sus nietos y a las personas que viven en el poblado vecino a Ukunda.
... Siento que estamos completamente acorralados y desamparados. Lo que más me preocupa es el niño... sigue en brazos de Richard sin abrir los ojos.
Bakari que es muy astuto, ayuda a uno de los cazadores a amarrar a David... También lo guía para que se siente al lado de Richard.
Ahora puedo conversar con ellos sin que los otros hombres me vean... Solo pido al cielo un poco de tiempo y la oportunidad para poder dar ejecución a un nuevo plan que se me está ocurriendo. De acá no me voy sin Richard... se lo he prometido a nuestro hijo...
C O N T I N U A R Á...
Mixxx que situación más difícil la describes.... Y Gracia es una mujer muy valiente y su fortaleza esta en el amor a su hijo y a Richard por supuesto. Me encanto como describes cada cosa q sucede, las imágenes ayudan mucho a imaginarse todo....
ResponderEliminarBesitos Mixxx gracias por esta historia ;)
KG
Hola Karlita.
EliminarLa situación es tan difícil, que me tiene atrapada junto a ellos en el fondo del acantilado... jajajajj
Veremos como salimos de esta... ;)))
Gracias por comentar. Tú sabes que eres un aliciente para mi.
Besos!!
hola no la sigues
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