ROBhistorias de Amor: ´´UNA BELLA HISTORIA´´ Capítulo N° 50.

Por Mixxx.

Gracia.

... El estruendo de un disparo en la inmensidad de la noche me despierta. Me quedé dormida esperando alguna noticia de Richard y los niños.

Sarabi se encuentra en mi cuarto, ella ha estado en vigilia junto conmigo a la espera de alguna novedad. El padre Emanuel ha dado aviso de la desaparición de Richard a una de las patrullas que resguardan el poblado. Según se nos informó a última hora, se ha formado una brigada especial para salir  a buscarlos... Eso si... solo están esperando a que amanezca...

La familia de Bakari, también van a cooperar en la búsqueda, pero como todos... no pueden hacer nada, hasta que salga el sol.

Miro a Sarabi, que se encuentra mirando a través de la ventana. Se siente ruido afuera, entonces decido salir, para saber que es lo que pasa.

En el camino me encuentro con David, que viene enfundado en una cazadora para resguardarse del frío y un rifle entre sus manos.

- ¿Qué está pasando David?- Le pregunto asustada.

- Los guardias han capturado un león que venía caminando por la orilla del río.- Me responde David.

- Eso quiere decir que han llegado hasta nosotros! - Le contesto en forma histérica.

- ... Así parece Gracia... - Vuelve a decir el médico, quien aprieta con fuerza el arma, infundiéndose valor, ante la presencia de esta.

- ¿Qué se sabe del resto de la manada? - Pregunto con el mismo tono histérico de la vez anterior. David  me mira bastante serio... dudando unos momentos antes de responder.

- ... Los guardias dicen que deben estar muy cerca, acechando entre los matorrales... Quizá en este mismo instante nos puedan estar observando... - Se me eriza la piel ante el nuevo comentario de David. En forma involuntaria, me tapo la boca con la mano, queriendo ahogar el grito, que estuvo a punto de escapar de mi garganta.

- ¿Dónde estará Richard... y los niños... ? - Me pregunto solo para mi. Pero David alcanza a descifrar mis palabras.


- Apenas amanezca voy a acompañar al padre de Bakari en la búsqueda. - Me dice el médico, acariciando mi mejilla.

- ... Algo les debe haber sucedido David... No puede ser, que ha estas horas aún no aparezcan... - Le contesto en un sollozo.

- ... Tranquila... En un par de horas, iremos por ellos. Me contesta David, abrazándome por los hombros, encaminándome hasta mi habitación. En ella, Sarabi  aún se encuentra... inmóvil, mirando por la ventana. No le digo nada, porque sé que en está rezando, por la única persona que le queda en este mundo, su nieto... el pequeño Melinek.

Aún vestida con la ropa de ayer, me recuesto sobre la cama, pensando en donde se puede encontrar Richard. En mi mente un mundo de posibilidades, me van mostrando distintos escenarios.

Según los guardias, la manada de leones está rondando cerca de la escuela. Esto significa que aún no han cazado nada... Y es posible que en unas horas más, sean atrapados y llevados de vuelta a la reservación.

No quiero ni imaginar que Richard y los niños hayan tenido un accidente. Tal vez se encuentran heridos y perdidos, en alguna parte de la espesa jungla que se forma a orillas del río. Quizá en el camino se han encontrado con algún otro animal peligroso y en estado salvaje... Un hipopótamo, un elefante... alguna víbora...

... Cubro mi cabeza con la almohada, para no pensar, pero cada idea que viene a mi cabeza, es inevitable.

Existe una tercera opción. Para mi... podría ser la más peligrosa de todas.

... Que pasa si Richard y los niños se han encontrado durante el trayecto con los cazadores furtivos...

Estos hombres saben que están siendo perseguidos por la justicia. El tráfico de animales en este país se paga con muchos años de cárcel. Pero la gran cantidad de dinero que mueve este comercio ilícito, hacen que este tipo de delincuentes se expongan a perder su libertad y hasta su vida... Estos hombres por lo general, suelen ser ex convictos, que ya han participado en otros delitos. Muchos de ellos secuestros... Es a esto a lo que tengo miedo...

... Richard no es el tipo de hombre que pase desapercibido en ningún lugar. Menos en este poblado. Su porte y elegancia, lo hacen distinto. Con tan solo una mirada, cualquiera se puede dar cuenta que pertenece a una familia adinerada... Es por este motivo, que esta alternativa es la que más me aterra. Se me aprieta el corazón, al pensar lo que podrían tratar de conseguir estos hombres, en sus mentes retorcidas...si secuestran a Richard...

Ante lo trágico que significa para mi esta alternativa, me levanto de la cama de un salto.  No puedo esperar. Cada minuto que pasa  me desespero más.

Sarabi me mira impávida desde la ventana. A través de ella, me puedo dar cuenta que ya empieza a despuntar el alba.

Me visto con  la ropa adecuada, para adentrarme en la selva, o caminar por la sábana. Antes de salir me miro en el espejo, al instante pienso que no es necesario. Pero este gesto de feminidad me hace dar cuenta, que aún llevo puesto el hermoso collar de piedras verdes que me ha regalado Richard. Lo  tomo con fuerza, para luego guardarlo debajo de los pliegues de mi blusa.

Salgo de la habitación a toda prisa en busca de David. Por suerte lo encuentro en la entrada de la escuela tomando un café.

- ¡Tienes que acompañarme David, tengo una idea en donde puedan estar!- Le digo al médico, quien me mira asombrado.

- Pero no podemos salir hasta que lleguen las patrullas de búsqueda. - Me responde con calma.

- ¡No me importan las patrullas, ellos se pueden retrasar. Y no es momento de perder el tiempo!- Le digo, enojada encima de su cara. Me molesta la calma de David.

- ¡ Escucha Gracia ! No podemos salir, hasta no saber a que peligros nos enfrentamos allá afuera. Los guardias deben estar por llegar. Ellos nos dirán cual es su plan y a que lugares irán. - Me vuelve a decir David, tratando de que entre en razón... pero me niego a escuchar. Siento que Richard me necesita. Así que no puedo esperar.

- Está bien... si no me quieres acompañar, no importa. El caso es que los voy a buscar. Presiento adonde puedan estar- Le contesto, caminando muy rápido hasta donde se encuentran estacionados los vehículos de la fundación. David corre tras de mi para detenerme, argumentando que el padre Emanuel se enojará demasiado conmigo. Le digo que en estos momentos lo único que me importa son Richard y los niños.

Al final David accede a acompañarme, así que sacamos a escondidas el todo terreno. En lo que hemos discutido  ya ha amanecido. Salimos por la parte trasera de la escuela. Justo la que da a orillas del río. David me dice que cierre las ventanas, en caso que nos encontremos de camino con alguno de los leones que aún se encuentran fugitivos.

A toda velocidad surcamos un camino polvoriento. De pronto David frena en forma intempestiva. Una manada de antílopes se nos cruza. Al instante nos damos cuenta de la causa, por la cual los animales huyen despavoridos.

Dos leonas hambrientas los arrean hasta las orillas del río. De pronto una de ellas, delante de nuestro ojos, da caza a uno de los más pequeños. Un grito de horror se escapa de mi garganta, al ver como el felino entierra sus grandes y filosos colmillos en el cuello del pobre e indefenso animalito.

David sin pensarlo dos veces aprieta el acelerador, continuamos nuestro recorrido, dejando atrás a los leones que han encontrado algo para el desayuno. De nuevo se me eriza la piel, al pensar que su comida podría haber sido alguno de nosotros.

- ¿Hacia donde vamos?- Me pregunta David. Que sigue con la mirada atenta en el camino de polvorienta tierra rojiza.

- A las minas de  JIWE - Le contesto con determinación.

- ¡ESTÁS LOCA! Es imposible llegar caminando a las minas de JIWE- Me contesta asombrado David.

- Primero lo haremos en vehículo... El resto será a pie- Le digo con la misma determinación.

- Es muy peligroso, llegar hasta allá Gracia. Tendremos que subir y bajar lugares rocosos. No es conveniente para tu embarazo. - Me vuelve a decir David preocupado.

- Bakari me enseñó un atajo. - Le digo en tono seco.

No digo nada más. Solo pienso en la secreta esperanza que ellos puedan encontrarse ahí. De ese lugar es donde el niño extrae las piedras de colores, con las que luego realiza sus collares. Una vez me invitó a conocer ´´su fortuna´´, como el la llama y me enseñó un pequeño atajo. Que aunque difícil de caminar sobre el... al menos es más fácil, que bajar en forma vertical, por el acantilado que se formo por la extracción de minerales en tiempo pasado.

También es en estos momentos cuando pienso en mi hermana Carolina...  Ahora entiendo su decisión tan precipitada y alocada según yo... De dejar todo abandonado, incluso su hijo. Por ir en busca de Henry. Ella, al igual que yo, el día de hoy, solo se dejó llevar por el amor y el instinto.

En algún momento de esta historia sentí que Carolina había sido egoísta e injusta conmigo. Ya que me dejó sola. Por mucho tiempo estuve sin tener noticias de ella. Ocultándome tras su nombre, para no perder a su hijo... y al hombre del que me enamoré...

Ahora puedo pensar y sentir como ella. Soy capas de mover cada piedra de este continente para encontrar a Richard. Ni el animal más peligroso. Tampoco ningún despiadado cazador furtivo, se interpondrán delante de mi...

... David y yo seguimos en silencio, recorriendo las fascinantes llanuras de la sábana áfricana, muy cerca de nosotros la pequeña colina rocosa, donde se encuentran las abandonadas minas de JIWE... Rezo en silencio, porque mi amado Richard y los niños se encuentren ahí... También aprieto con fuerza el rifle que llevo entre mis manos...



C O N T I N U A R Á...